EDITORIAL NEUQUINA

La Neuquén de Figueroa ¿buscará más financiamiento externo?

Los caminos posibles que se abren ante una situación que es bien calificada y que puede, potencialmente, generar recursos estratégicos para acortar el tiempo del desarrollo.
sábado, 4 de enero de 2025 · 17:59

La potencia de Vaca Muerta y su aporte directo a los recursos del Estado neuquino, combinada con un mejor control del generoso gasto público que ha distinguido a la provincia durante su historia, han posicionado a Neuquén muy bien en el mercado financiero internacional, con una mejora en la calificación de las agencias que a eso se dedican, por lo que es razonable esperar que el gobierno de Rolando Figueroa use la oportunidad, no solo para mitigar el reconocido déficit de unos 4 mil millones de dólares en infraestructura, sino también para superar ese objetivo, y consolidar un avance real en la mejora de la calidad de vida de una población que sigue arrastrando, como un estigma, una pobreza que es, en algunos casos, estructural.

En los últimos días, el propio Figueroa comentó la mejora en la calificación de Neuquén, y su equipo de gobierno se encargó de dar difusión a datos concretos acerca de este tema, vital para eventualmente encarar nuevos planes de financiamiento en dólares desde el mercado internacional, y así, acortar el plazo para conseguir resultados concretos. 

La calificadora S&P Global Ratings  destacó como "sólida" la recaudación de regalías, e hizo alusión a la paralela contención del gasto público. Estos dos factores "permitieron a la Provincia del Neuquén aumentar sus reservas fiscales y de liquidez”, expresó en su informe la empresa. Otra calificadora, FIX SCR sentenció que el stock de deuda de la provincia se ubicó a fin de año pasado "en torno al 21% de los ingresos corrientes proyectados", un porcentaje que no se verificaba desde 2018, antes de la pandemia. Señaló además que se esperaba una merma real de -6,2% en los gastos operativos. Es, objetivamente, el dato que se corresponde con el "ahorro"  de1.000 millones de dólares promocionado por el gobierno.

No es osado aventurar, en este contexto, que el gobierno de Figueroa explore los mercados financieros internacionales, y, en algún momento considerado ventajoso o simplemente oportuno, tome nueva deuda aplicada a objetivos muy concretos y específicos. Así lo hizo la provincia en otras épocas, con buen resultado, cuando los mercados eran favorables. Neuquén siempre cumplió esas obligaciones, por lo que también está registrado ese dato en las calificadoras internacionales. Habrá que ver cuándo Figueroa decide utilizar el crédito potencialmente disponible, y, fundamentalmente, para qué o en qué, utilizaría esos eventuales recursos financieros extraordinarios.

Si se siguen las declaraciones que Figueroa va sembrando en sus recorridas frecuentes por distintas regiones de la provincia, se podrá tener algunos indicios de a dónde se aplicarían mayores recursos. Por ejemplo, en las últimas horas, el gobernador estuvo en la Fiesta del Mote, en Huinganco, población que administró como intendente cuando tenía (el actual gobernador), 29 años. Después de esa visita, se escribió en la página de Facebook del mandatario "defender nuestra cultura es una inversión valiosa", y que "el Alto Neuquén posee fuertes tradiciones que debemos valorar y transformar en un atractivo que fomente el desarrollo del turismo y la generación de empleo para nuestra comunidad".

Ciertamente, el turismo, como actividad económica exportadora, podrá ser mucho más importante para la generación de recursos y puestos de trabajo en la provincia, en la medida que se acierte con esa excitante combinación que puede surgir de la sincronía inversora entre lo estatal y lo privado. Neuquén tiene, en la superficie, tantas razones como las que tiene en lo profundo de la roca madre para desarrollar economía. Pero esos recursos están nublados por la carencia de infraestructura. Necesitan mejores rutas, más y mejores aeropuertos, por ejemplo. No son cuestiones imposibles de lograr en un tiempo más o menos corto, si se consigue financiamiento, y, en paralelo, inversiones privadas.

La mirada política, y, en este punto, el rol del ministro de Planificación, Ruben Etcheverry, desde el aporte técnico, podría apuntarse, por ejemplo, a ubicar el tema turismo en el debate existente sobre las represas, en el contexto de sus concesiones vencidas. Reducir las represas a la generación de energía es de un simplismo abrumador, cuando en el resto del mundo son motivo también de inversión y desarrollo turístico. Para eso, habría que "abrir" las represas a este rubro. Actualmente, están cerradas por esa cultura militar que ha distinguido a la Argentina, y que ve las represas casi exclusivamente como un recurso estratégico que el Estado debe proteger. Está muy bien eso, siempre que no se transforme en un coto restringido para Gendarmería y Prefectura, y que pueda ingresar el gran público.

Hay muchos ejemplos de esto. En Estados Unidos, por ejemplo, se organizan excursiones desde Las Vegas a la represa Hoover, y es esto motivo de muy buena recaudación, que supera, en cifras concretas, lo que se obtiene por la generación de energía. 

Romper esos cotos cerrados (represas, Parques Nacionales, centros termales) destinados, por imperio de la inercia cultural, a uniformados, empleados estatales, o beneficiarios de la burocracia estatal en general, es, de alguna manera, cambiar un paradigma, abrir un camino nuevo. No es nada raro: es, simplemente, hacer lo mismo que lo que se hizo con el gas y con el petróleo, pero no ya con lo que está bajo la tierra, sino con las maravillas que están sobre ella.

 

 

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