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Jueves 24 de Abril, Neuquén, Argentina
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Tiempos de represalia: el mundo se rebela contra los aranceles de Trump

De Pekín a Bruselas, el mundo responde con dureza mientras Argentina pierde la oportunidad de capitalizar su cercanía.
Domingo, 06 de abril de 2025 a las 15:40

Esta semana, Donald Trump desató una guerra comercial de impredecibles consecuencias económicas globales. Más allá de algún matiz, no discriminó a la hora de aplicar una política arancelaria agresiva: enemigos como China, socios como la Unión Europea y amigos como Javier Milei están sufriendo las consecuencias. Veamos cómo reaccionaron y qué hicieron estos actores para empezar a navegar este nuevo escenario.

China y la Unión Europea ya dejaron claro que responderán con la misma moneda a la agresiva suba de aranceles impuesta por el republicano. Tampoco se quedaron callados los países más pequeños: por ejemplo Taiwan consideró la decisión "muy poco razonable" y Australia dijo que los aranceles son injustificados.

Casi todos parecen entender que la mejor estrategia en este contexto mundial es entrar en el juego que propone Trump y mostrar los dientes para después negociar. La apuesta es bien arriesgada porque enfrente está la principal potencia mundial gobernada por alguien que ya demostró que no tienen límites a la hora de extorsionar. Lo hace porque es su estilo y porque tiene muchas herramientas a mano para cumplir con sus amenazas. Pero la mayoría cree que Trump los dejó sin opciones y ven que las consecuencias ya están pagándolas igual: más recesión mundial y un orden global que se resquebraja.

China respondió con una dureza inesperada al golpe arancelario de Trump. Anunció que impondrá aranceles del 34% a todos los productos importados desde Estados Unidos. Lo hizo solo un día después de que Washington impusiera un gravamen adicional del 34% a China. Reciprocidad, como propuso Trump. Pero también mandó un mensaje que deja claro que esta disputa entre las dos principales potencias económicas va más allá de una guerra de aranceles. Está en discusión también la supremacía tecnológica: el gobierno chino anunció que restringirá las exportaciones de una serie de materiales raros usados en componentes electrónicos, la industria aeroespacial y otros sectores, lo que sin duda afectará la producción de varias industrias estadounidenses.

A Trump no le gustó la reacción. "China ha jugado mal. Entró en pánico. ¡Lo único que no pueden permitirse!", escribió en su red social y amenazó con redoblar la apuesta: dijo que ahora tiene el dilema de qué hacer con China. Veremos cómo sigue este choque de gigantes.

La reacción de los socios de Estados Unidos parece que no será muy diferente a la de China. La primera reacción de la Unión Europea fue advertir que está "preparada para responder". Para no traicionar el estilo europeo agregó un matiz: dejó abierta una puerta para la negociación. Los gobiernos de Alemania y Francia están codo a codo defendiendo la política de golpe por golpe que quiere imponer a presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Las negociaciones internas entre los 27 socios europeos para coordinar una estrategia de defensa común para salir al rescate de Ucrania y del orden liberal basado en reglas en un escenario en el que Estados Unidos se retira de los asuntos mundiales, parece tener su correlato en el aspecto comercial. La UE está mucho mejor preparada para esto.

Y, para cerrar, veamos qué pasa con los amigos de Trump. Esa lista la encabeza el argentino Javier Milei, quien sabe que, si hay un momento para poner en valor su arriesgada y exitosa apuesta por el republicano, que empezó mucho antes que ambos se transformaran en presidentes y que es sostenida por estrechas coincidencias ideológicas y personales, es este. Por eso viajó a Estados Unidos esta semana para sacarse una foto con Trump que hubiera significado muchísimo en este contexto. La imagen además era también una señal inequívoca para que el FMI se decida a ser más generoso con Argentina en momentos cruciales para el plan económico de Milei. También podría haberse traído de Florida algún acuerdo sobre los aranceles. Argentina se podría haber convertido en el ejemplo de Trump: luego de aplicarle aranceles como a cualquier hijo de vecino (Argentina entró en el mismo paquete que los otros países de la región) y no contemplar la estrecha relación personal, se abre una puerta para la negociación. No sucedió y la foto del canciller Werthein con el secretario de comercio de Estados Unidos suena a poco.

Las próximas semanas serán clave para saber hasta dónde está dispuesto a llegar Trump con esta ofensiva comercial y hasta dónde llegará la resistencia de los principales jugadores del sistema internacional. Se trata de una pulseada que amenaza con profundizarse en medio de una fuerte recesión mundial y en un escenario donde el orden liberal que se creó hace 80 años tiembla. La jugada de Trump es por demás arriesgada: si sale bien, fortalecerá el posicionamiento de Estados Unidos como hegemón económico mundial, pero si sale mal podría potenciar el rol de China como líder del comercio internacional. Sabemos todos que en política internacional los espacios que se abandonan son rápidamente ocupados.

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