El horror estaba enterrado en El Arroyón. Literal. Con más de un metro de tierra encima, dentro de un viejo aljibe, apareció el cuerpo de Eduardo Fuentes, un hombre de 32 años que estaba desaparecido desde el 20 de junio. Una búsqueda organizada entre vecinos precipitó el allanamiento que permitió encontrar el cadaver en un avanzado estado de descomposición, se espera el resultado de la autopsia, pero los investigadores están convencidos de que el único detenido lo mató a balazos por una chancha.
La escena fue macabra. Los peritos de Criminalística trabajaron durante varias horas hasta lograr remover toda la tierra sin contaminar la escena. El cuerpo, irreconocible por el avanzado estado de descomposición, fue extraído con sumo cuidado. Luego, los técnicos comenzaron a buscar rastros de plomo con detectores de metales para intentar localizar el proyectil que terminó con su vida. Todo apunta a un homicidio luego de una pelea por una chancha que criaba junto con el detenido de 65 años, dueño del puesto donde se produjo el hallazgo.
La autopsia será recién este domingo, en la morgue judicial de Roca. Por protocolo, y debido al estado del cadáver, deben esperar al menos 48 horas con el cuerpo en frío para que los forenses puedan estudiar los restos. Entre las pericias, deben tratar de determinar la data exacta de la muerte, las causas y si fue enterrado en ese lugar inmediatamente después del crimen, o si estuvo oculto en otro sitio antes de terminar en ese aljibe.
¿Por qué mataron a Eduardo Fuentes?
Fuentes había llegado desde Neuquén tiempo atrás. Se instaló en una humilde casilla de chapa, cerca de la gruta de San Cayetano, en la zona del Arroyón. Vivía de changas y de la crianza de animales. Incluso había entablado una sociedad informal con un puestero del lugar para criar chanchos. Ese mismo hombre fue detenido el jueves, minutos después del hallazgo del cuerpo.
El 20 de junio fue la última vez que alguien supo algo de Fuentes. Le dijo a un amigo que iría al puesto a ver sus animales. Nunca volvió. La causa quedó congelada durante semanas, hasta que cansados de la inacción y con una firme sospecha de que el puestero tenía algo que ver, la propia gente del paraje decidió armar un rastrillaje por su cuenta.
Los perros marcaron el lugar preciso
No está claro si la fiscalía de Cinco Saltos ya tenía algún dato que indicara dónde buscar. Es que había apsado más de un mes sin que la búsqueda diera resultado. Lo cierto es que la presión de los vecinos terminó por acelerar los tiempos. A primera hora del jueves, un operativo conjunto entre la Policía de Río Negro, el COER, la división canes y peritos de Criminalística desembarcó en un puesto ubicado a unos 800 metros del Arroyón.
Los perros adiestrados marcaron el lugar exacto. Un viejo aljibe en desuso, tapado con más de un metro de tierra. Minutos después, comenzaron las tareas para poder retirarlo. A medida que avanzaban, el espanto iba tomando forma. El cuerpo estaba en un avanzado estado de descomposición. Todo indica que era Eduardo Fuentes.