En una entrevista reciente en La 100, Pachu Peña sorprendió con una anécdota poco conocida de su vida personal, ligada a uno de los momentos más gloriosos de su carrera. El humorista recordó, con su característico tono distendido, qué fue lo que ocurrió tras ganar dos premios Martín Fierro. Lejos de cerrar la noche con una copa en mano y rodeado de aplausos, terminó durmiendo en su auto... y siendo echado de su casa.
Durante la charla con Guido Kaczka, conductor del ciclo radial, Pachu Peña relató: “Después de los Martín Fierro siempre hay una celebración. Te cruzás con colegas, brindás, charlás... Y bueno, a veces uno se pasa de copas”. En ambas ocasiones en que fue premiado, Peña optó por no manejar en estado de ebriedad. “Me subí al auto y pensé: ‘Estoy muy tomado para manejar’. Y me quedé dormido ahí mismo, en el estacionamiento”, contó entre risas.
Lo curioso es que la historia no termina con una simple siesta en el auto. Según Pachu Peña, en ambas oportunidades terminó siendo despertado por la Policía. “No escuché ni mensajes ni llamadas. Me despertó un policía dándole con la cachiporra a la ventanilla. ¡Un susto bárbaro! No entendía si había ganado un Martín Fierro o si estaba en una película de acción”, bromeó.
La verdadera tensión llegó cuando finalmente volvió a su casa. Su esposa, lejos de recibirlo con una sonrisa y un mate, lo esperaba con los tapones de punta. “Llegué tarde, todo desalineado. Mi mujer me miró, fue a buscar un bolso y me lo tiró en la puerta”, confesó entre carcajadas. La escena, que podría haber sido parte de un sketch suyo, fue completamente real.
“Me echó. Literalmente. Me mandó a dormir afuera. Había ganado un Martín Fierro y terminé en un hotel. Una cosa insólita”, remató. Pese a lo cómico del relato, el actor dejó entrever que en su casa no todo es puro humor. “Ella tiene carácter, y cuando se enoja... agarrate”, dijo con una sonrisa resignada.
A pesar de los enojos y las desventuras, Pachu Peña aseguró que hoy todo está bien entre ellos. “Con el tiempo lo hablamos, nos reímos. Pero en ese momento fue duro”, admitió.
La historia, que mezcla éxito profesional y caos doméstico, es un ejemplo más del singular equilibrio que Pachu Peña mantiene entre el humor y la realidad. Ganar un Martín Fierro puede ser motivo de orgullo, pero también, como él mismo lo vivió, la causa de una noche sin techo.