EN KENIA, ÁFRICA

El niño que murió hace 78 mil años y fue prueba del amor

Historia de Mtotto, un niño de 3 años que fue enterrado en la Edad de Piedra, y que revela el principio del amor hacia quienes ya han fallecido.
miércoles, 5 de mayo de 2021 · 18:41

Hace unos 78 mil años, una madre acongojada depositó el cuerpo de su niño de tres años, en un hoyo cavado en la tierra. Lo hizo con delicadeza. Lo puso de costado, como si durmiera, con la cabeza sobre una almohada rudimentaria, y lo cubrió con la piel de un animal. En 2017, el cuerpo fue extraído, con sumo cuidado y sin saber todavía bien lo que había en ese terrón de tierra enigmático. Ahora, se ha publicado el descubrimiento como un hecho científico importante: es el niño más viejo descubierto en África, enterrado con amor y cuidado, lo que prueba que, para entonces, la Edad de Piedra Media, el ser humano ya tenía rituales fúnebres con sus muertos.

Ahora se sabe que los habitantes de la cueva de Panga ya Saidi, el lugar donde está el yacimiento arqueológico, ya homo sapiens, como los humanos actuales, debieron de ser cazadores y recolectores, con acceso a los recursos de la sabana y a los del cercano océano. El yacimiento keniano sugiere que “la evolución de las habilidades cognitivas y de las relaciones sociales pudo ocurrir antes de lo que se pensaba”.

El lugar donde estaba la tumba del niño.

Según indica el diario El País, el paleoantropólogo francés Bernard Vandermeersch, quien dirigió las excavaciones de la cueva israelí de Qafzeh hace más de medio siglo, aplaudió el nuevo trabajo, del que no participó. “Es un descubrimiento muy bonito e importante, porque no sabíamos casi nada sobre las prácticas funerarias durante la Edad de Piedra Media en África, aunque no es sorprendente encontrar un enterramiento así en ese periodo de hace 78.000 años”, dijo.

Los huesos del pequeño niño se siguen estudiando. El niño recibió nombre: Mtoto, una palabra que significa niño en idioma suajili. No son, sin embargo, los huesos lo importante, sino lo que han revelado. El humano de hace 78 mil años trataba con amor a sus muertos. No los abandonaba ni los dejaba tirados por ahí.

María Martinón, directora del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, se llevó los restos del niño de vuelta a Kenia el 22 de mayo de 2019. Lo que queda de sus huesos se custodia en la cámara de los fósiles de los Museos Nacionales de Kenia, en Nairobi, junto a los restos del primer Homo habilis y al esqueleto del llamado chico de Turkana, un Homo erectus de 1,6 millones de años. “Allí lo dejamos, con los más grandes”, dijo la científica. Como si hubiera recuperado, miles de años después, a su familia.

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