CRIMEN DE FERNANDO BÁEZ SOSA

Se supo quien involucró a Ventura como el dueño de la zapatilla ensangrentada

Hoy se desarrolló un momento clave en la historia del caso: el allanamiento ocurrido a las 10:30 el 18 de enero de 2020 en la casa de Villa Gesell donde los diez acusados originales fueron arrestados.
viernes, 6 de enero de 2023 · 14:06

Este viernes a las 7:53, los ocho rugbiers acusados de matar a Fernando Báez Sosa ingresaron a los tribunales en medio del operativo de rigor de la policía, para la quinta jornada del juicio en su contra. En la jornada de hoy , en total se espera que declaren doce testigos, entre ellos los agentes y peritos que participaron del allanamiento y la detención de los imputados.

Hoy se desarrolló un momento clave en la historia del caso: el allanamiento ocurrido a las 10:30 el 18 de enero de 2020 en la casa de Villa Gesell donde los diez acusados originales fueron arrestados. Para esto, fueron citados a declarar los policías que participaron en el episodio bajo las órdenes del fiscal Walter Mércuri.

Mariano Orlando Vivas, policía que actuó en la causa, aseguró Máximo Thomsen manifestó que la zapatilla ensangrentada incautada en el allanamiento -y que luego se comprobó que le correspondía- pertenecía a Pablo Ventura

El fiscal Juan Manuel Dávila le preguntó al testigo si mientras realizaban el allanamiento se involucró a alguna persona ajena a las que estaban allí. “Uno de ellos manifiesta que a Pablo Ventura”, dijo Vivas. “¿Sabe quién lo dijo?”, quiso saber el funcionario. “Sí. Thomsen”, respondió.

Este dato no es parte del expediente, no figura en la elevación a juicio y la familia Ventura o los fiscales jamás lo supieron. Ahora, frente al tribunal de juicio, un testigo de primera mano revela la jugada más cobarde de los rugbiers tras el presunto asesinato de Pablo. Una fuente clave del caso había asegurado a Infobae, que varios de los imputados habían mencionado a Ventura, que fue uno en particular que actuó como portavoz de esta versión. Su nombre había eludido a la historia, hasta ahora.

Por su parte, el abogado Tomei preguntó al testigo por qué el nombre de Thomsen no figura en el acta, “No lo pusimos porque son unas manifestaciones que la fiscalía nos dijo que no pongamos”, aseveró.

Quién también atestiguó fue Andrea Fabiana Ranno, la empleada del Hotel “Inti Huasi”, quien “avistó la fuga de los acusados y dio aviso a personal policial” según documentos de la causa, afirmó que entre 4:45 y 5 de la madrugada del 18 de enero de 2020 (“puedo precisar el horario porque es cuando tengo que sacar la basura”) escuchó un murmullo y miró hacia la Avenida 3.

“Ahí vi un grupo de gente que estaba contra las rejas del súper. Pensé que estaban borrachos y que querían romper un vidrio, algo que pasa habitualmente en enero en Gesell. Volví a trabajar y a los segundos escuché pasos muy fuertes, llamativamente fuertes, en la arena. Me volví a asomar y vi un chico que venía casi trotando. De atrás lo seguían como ocho y diez chicos. Lo primero que pensé fue que los de atrás eran una patota que perseguían a los de adelante para dársela”, afirmó. 

“‘Pará, espéranos’, le decían. Ellos no me vieron pero yo a ellos sí. Y los escuché: se venían riendo y festejando. Estaban contentos. ‘Le rompí toda la jeta’, dijo uno”. En ese preciso momento, la testigo miró hacia Silvino y Graciela Báez Sosa y les pidió perdón a los padres: “Esto debe ser muy doloroso”. 

Al igual que en la causa, Ranno comprometió a Máximo Thomsen al dar características que coinciden con él la noche del crimen. Lo describió como “sacado”, “fuera de sí”. “Iba con la cabeza baja y los puños cerrados y haciendo este sonido”, mientras la testigo golpea el piso con sus pies”. También identificó a Matías Benicelli como quien corría atrás, “el de rodetito”.

 

 

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