En el bajo neuquino se vive una mezcla de indignación e incertidumbre, luego del violento intento de robo en el Carrefour de Olascoaga, donde tres empleados terminaron en el hospital, y de los cuales un cajero sigue internado en el hospital Castro Rendón con lesiones graves en su cabeza. Comerciantes y vecinos aseguran que la pareja de ladrones "conocía el movimiento interno" del lugar, ya que ingresaron a sectores que no son de público conocimiento, como el sector de control del hiper, la sala de recaudación o el ingreso a la carnicería, de donde robaron la ropa con la que se camuflaron.
En medio del hermetismo que maneja la Policía y Fiscalía, en el sector cercano al supermercado aseguran que fue un hecho cuidadosamente premeditado, y creen que la pareja de ladrones tiene alguna vinculación con la empresa. De hecho, son varios los que creen que los delincuentes podrían haber sido parte de los empleados que hace dos semanas llevaron adelante tareas de refacción en pisos y techos, entre otros trabajos.
Es que cerca del 21 de noviembre llegó a Neuquén un convoy de franceses en medio de la venta de la empresa, que ya anunció su retirada del país. En ese marco, la central ordenó llevar adelante varios arreglos en el lugar y subcontrataron personal para reparar pisos y techos.
En el Carrefour local hubo mucho movimiento de gente que no solía frecuentar el lugar durante esas, personas que no son parte del staff habitual, pero que también tuvieron acceso a zonas no habilitadas al público del enorme predio emplazado entre las calles Olascoaga, Félix San Martín, Corrientes y Perito Moreno.
Según fuentes extraoficiales, el cajero que aun sigue internado en el hospital Castro Rendón estaba marcando su salida del puesto laboral. El sector donde salen y entran los empleados, tiene el portón que da a la esquina de Perito Moreno y Corrientes. El hombre de unos 30 años se estaba yendo cuando notó algo extraño respecto del personal de seguridad. No estaba en su puesto, y por eso creyó que algo raro estaba pasando y decidió regresar. En el pasillo se encontró cara a cara con le ladrón, que empezó a golpearlo con mucha violencia.
"En el local había sangre en varios sectores", explicó una persona que trabaja en los locales externos al Carrefour.
De hecho, la Policía afirmó que los empleados heridos a martillazos habían sido golpeados para extraer información relacionada al dinero, pero en realidad ellos sabían perfectamente donde está ubicada la sala de recaudación. Según reveló una fuente reservada, el mismo cajero, ya ensangrentado y herido, se escapó de los agresores y atravesó todo el local corriendo para advertir al personal de recaudación para que no abra las puertas, que solo accionan desde el interior.
"Dejó una marca de sangre de punta a punta para avisar que no abran las puertas del lugar donde se guarda la plata", trascendió.
Gracias a eso, las dos personas que estaban allí dentro bloquearon el acceso y los asaltantes tuvieron que irse con las manos vacías. Solo se llevaron el celular de ese joven, que actualmente se recupera en el Castro Rendón.
Este martes el lugar abrió con normalidad, pero según contó el personal, la apertura fue atípica y todo fue a último momento, contrario a la planificación con que cada día este predio inicia sus actividades.
Todos los empleados coinciden en que la pareja de delincuentes estaban enmascarados y con lentes, por lo que siquiera pudieron ver su expresión. Es por eso que muchos sostienen que la teoría de que se trataría de exempleados es correcta, o bien que se trató de albañiles u otro personal de mantenimiento externo, que fue contratado de forma excepcional por la llegada de los accionistas de la firma francesa.
También coinciden en que los ladrones querían, a toda costa, acceder a la sala de control donde están ubicados los monitores que controlan las cámaras de todo el lugar. De esa forma tendrían cobertura ante cualquier movimiento.
"Insistían en poder acceder a contraloría, donde están las cámaras y se maneja todo", revelaron fuentes extraoficiales.