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Martes 22 de Julio, Neuquén, Argentina
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La segunda parte del caso Solano ya tiene fecha y tres policías volverán al banquillo

Después de la condena a los siete efectivos que mataron a Daniel, ahora se juzgará a otros tres por encubrir el crimen. El debate será oral y público, en septiembre, en Roca.

Martes, 22 de julio de 2025 a las 14:26
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Gualberto Solano, padre de Daniel, acampó y se encadenó en Choele Choel para pedir justicia. Murió sin escuchar la condena.

“Lo estaban esperando en la puerta”. Esa frase, dura, seca, resume la tragedia de Daniel Solano, el joven salteño que viajó a Choele Choel en busca de trabajo y terminó desaparecido. El caso, que conmovió a todo el Valle Medio, tiene una nueva etapa judicial, el juicio oral y público contra tres policías acusados de encubrimiento agravado y abuso de autoridad, comenzará el 22 de septiembre en Roca y continuará durante cinco jornadas.

Se trata de Walter Etchegaray, Ceferino Muñoz y Cristian Toledo, efectivos de la Policía de Río Negro que, según la Fiscalía, falsearon información y entorpecieron la investigación tras la desaparición de Solano, ocurrida en noviembre de 2011.

El juicio, que se desarrollará en los tribunales provinciales, tendrá la participación del Ministerio Público Fiscal, las defensas y la querella, con una larga lista de testigos citados. Es una segunda parte del caso Solano, que mantiene viva la memoria del joven trabajador rural y las preguntas que nunca fueron respondidas.

Un crimen que no se olvida

Daniel había llegado desde Tartagal para trabajar en una de las empresas tercerizadas de Expofrut. Las condiciones eran miserables y comenzó a levantar la voz. A denunciar y a organizarse con otros.

El 5 de noviembre de 2011, después de cobrar su jornal semanal, fue con sus compañeros al boliche Macuba. Un incidente, una excusa y seguridad lo sacó del local. Afuera lo estaban esperando una camioneta policial y un Fiat Duna rojo. Nunca más se lo vio con vida.

La madrugada del 5 de noviembre de 2011, Daniel fue sacado de un boliche y subido a una camioneta policial. Nunca apareció.

Desde el primer minuto, el caso tuvo irregularidades. Una jueza que hablaba de fuga a Neuquén, policías presionando testigos, mentiras en la causa. El cura de Choele que le dio refugio a la familia Solano sufrió un atentado y el cuerpo de Daniel nunca apareció. Se dijo que podía estar en un jagüel, pero cuando la Justicia ordenó la búsqueda, ya había sido rellenado con escombros.

Después de años de lucha, en 2018 llegó la condena a siete policías: todos recibieron prisión perpetua por homicidio agravado y abuso de funciones. Pero estuvieron libres hasta que, en 2024, la Corte Suprema dejó firme el fallo. Para entonces, Gualberto Solano, el papá de Daniel, ya había muerto, sin escuchar la sentencia.

Los detenidos fueron: Sandro Berthe, Pablo Bender, Juan Barrera, Pablo Albarrán Cárcamo, Pablo Quidel, Diego Cuello y Héctor Martínez. Todos policías, todos del Valle Medio.

Ahora, otros tres efectivos se sentarán frente al tribunal. No por el crimen directo, sino por haberlo encubierto. Por haber ayudado a que el caso se demore, se diluya, se ensucie.

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