Hay historias que se olvidan apenas son contadas. Hay otras que resuenan y perturban a propios y ajenos. Lo que pasó en Neuquén el 12 de octubre de 2024 cuando un hombre le disparó en el abdomen a su pareja Valeria Roxana Lobos con clara intención de matar, entra dentro del segundo grupo. Ahora el asesino permanecerá dos meses tras las rejas mientras el Ministerio Público Fiscal realiza la investigación previa al juicio.
No es un caso simple, aunque no hay dudas sobre su culpabilidad. El problema radica en que la causa sufrió un cambio de caratula, ya que apenas ingresado al recinto se lo tituló como "intento de femicidio". Claro, por aquel entonces la mujer peleaba por su vida en el hospital regional. Allí permaneció dos meses en terapia intensiva hasta que finalmente, el 18 de diciembre del mismo año, terminó falleciendo a raíz del disparó producido por un arma tumbera.
Según las investigaciones preliminares se comprobó que, tras una discusión el pasado octubre, el hombre le gatilló a quemarropa un disparo certero en el abdomen. Ocurrió en la casa donde convivían en Centenario y fue el comienzo de dos meses de lucha constante sin final feliz.
La pena a la que el femicida se enfrenta-y la que solicita la fiscalía- es nada más y nada menos que la de prisión perpetua según lo que establece el Código Penal para casos donde se comprueban los crímenes de género. Ahora esperan que en dos semanas se lean los cargos en su contra y se le de comienzo a un juicio que se prevé corto por la gran cantidad de pruebas incriminatorias en su contra.
Una vez más el mundo subterráneo de las emociones no controladas aprovechan la violencia machista para darle lugar a la oscuridad donde ahora navega la familia de la víctima. La Justicia una vez más tiene ante sus ojos la posibilidad de dejar que la palabra impunidad vista una nueva remera en las calles de la ciudad.