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Martes 05 de Agosto, Neuquén, Argentina
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Quiso escapar del patrullero, rompió una pared y se la comió: violento final de un motochorro en Centenario

Tras ser arrestado por robar a un adolescente, un joven de 24 años perdió el control, armó disturbios y terminó atragantado con un pedazo de mampostería. La Policía debió intervenir para salvarle la vida.

Por Redacción

Martes, 05 de agosto de 2025 a las 09:05
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De un robo en moto a una detención violenta

El episodio comenzó en el barrio Balcón del Valle, en Centenario, cuando dos delincuentes a bordo de una moto atacaron a un adolescente para robarle. La reacción de los vecinos fue inmediata: uno de los motochorros fue reducido en el lugar, mientras que el segundo fue identificado en el grupo de WhatsApp del barrio y detenido poco después por la Policía en las calles Chubut y La Rioja.

Según Noticias Argentinas, durante la detención, el delincuente de 24 años se mostró extremadamente agresivo. Arrojó el celular robado contra los efectivos y, más tarde, intentó escaparse del patrullero cuando era trasladado al hospital para una revisión médica.

Disturbios y caos en la Comisaría Quinta

Con autorización médica, ambos detenidos fueron derivados a la Comisaría Quinta. Allí se desató una situación fuera de control. El primero de los apresados comenzó a autolesionarse, y poco después ambos iniciaron disturbios dentro de la celda.

Noticias Argentinas informó que los sujetos incitaban a otros reclusos a sumarse al caos, generando una situación crítica para los agentes policiales presentes. La tensión escaló a tal punto que uno de ellos rompió una pared… y fue más allá.

Se comió un pedazo de pared y casi muere ahogado

En medio de la alteración, el joven literalmente mordió un fragmento de la mampostería y se lo tragó. Según detalló el portal nacional, el pedazo quedó atorado en su garganta, lo que le impedía respirar.

Rápidamente, los efectivos intervinieron y le practicaron la maniobra de Heimlich, logrando que expulsara el trozo de pared que casi le cuesta la vida. La escena fue tan impactante como insólita: un motochorro al borde de morir por haberse comido una pared.

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