RENO, NEVADA (Norberto Masso, corresponsal).- Aunque Donald Trump parece estar suavizando su abrasivo mensaje y sus agresivas promesas de campaña, los nombres de sus dos primeros colaboradores en el futuro gobierno dicen mucho más sobre el rumbo que este tomará a partir del 20 de enero del año próximo que su repentino ecumenismo.
Trump anunció en estos días que el actual presidente del Comité Nacional del Partido Republicano, Reince Priebus, será su Jefe de Gabinete, en tanto que su jefe de campaña, Steve Bannon, ex director de una página web de la llamada "alt right”, la nueva extrema derecha, será su estratega en jefe y consejero senior.
El primero, un hombre de aquel "establishment” republicano que el propio Trump denostó tan duramente durante su campaña, con estrechos vínculos con Paul Ryan, el jefe de la bancada republicana en la Cámara de Representantes. El segundo, un "outsider”, un "forastero” en el mundo de la política que encolumna tras de sí a algunas de las más recalcitrantes organizaciones del nacionalismo, el antisemitismo y el supremacismo blanco de este país.
Con Priebus como Chief of Staff, el cargo más importante del gobierno después del presidente, Trump se asegura una aceitada relación con el aparato republicano, con el cual había tenido cortocircuitos en la campaña. El nuevo funcionario fue el único del "viejo partido de la tierra” que permaneció al lado del magnate cuando sus derrapes salpicaban al arco político conservador.
Quizás el futuro presidente intuye que la relación de Priebus con Ryan (ambos son del mismo estado, Wisconsin), le allanará el camino en el Congreso con la mayoría republicana, cuyos integrantes son representantes de "la vieja política” que Trump prometía erradicar en sus inflamados discursos.
Ryan fue uno de los legisladores republicanos que se distanció de Trump a medida que este endurecía su campaña. En este ajedrez, Priebus aparece como una pieza clave para que las leyes que el nuevo presidente envíe al Congreso encuentren eco favorable entre los legisladores oficialistas.
Por otra parte, la elección de Bannon como director de su estrategia de gobierno envía una clara señal a los grupos marginales de la insurgencia populista de extrema derecha que apoyaron desde siempre a Trump asegurándoles un asiento en imaginaria mesa redonda del poder americano.
Bannon dirigía la web Breitbart News. Su fundador, Andrew Breitbart, alguna vez definió a Bannon como "el Leni Riefenstahl del movimiento Tea Party”, en alusión a la cineasta que filmara los grandes documentales propagandísticos del Tercer Reich de Adolfo Hitler.
Anoche, en la entrevista que la periodista Lesley Stahl le realizara para el programa 60 Minutes, que se emite por la cadena CBS, Trump habló sobre varios de sus planes mas controversiales y hasta pareció haber cambiado de postura hacia una posición más moderada y conciliadora.
Tal como se conoció, Trump dijo que deportará a los indocumentados que tengan antecedentes criminales. "Podrían ser unos dos millones, hasta tres”, precisó. En campaña, el candidato había amenazado con deportar a la totalidad de los inmigrantes que están sin papeles, la que se calcula ronda los once millones de personas.
También sostuvo que, si bien construirá un muro en la frontera con México, algunas partes podrían ser sólo vallas. Antes había dicho que el muro abarcaría la totalidad de la frontera de 3.185 kilómetros que separa a este país de su vecino azteca y que le haría pagar el costo de esa construcción, estimada en más de 25.000 millones de dólares, al gobierno mexicano.
Sobre su idea de nombrar a un fiscal especial para que investigue a su ex rival, la demócrata Hillary Clinton, en el tema de los emails, anoche confesó no estar seguro de ello y agregó que los Clinton "son buena gente y no quiero hacerles daño”.
Si bien sobre el aborto reafirmó su posición en contrario, sobre el matrimonio homosexual aceptó que se trata de una resolución de la Suprema Corte y que por lo tanto es ley y agregó "además no tengo problemas con eso”.
Y finalmente, envió un mensaje a sus partidarios para que no cometan acciones discriminatorias contra las minorías étnicas, como ha venido sucediendo desde que se conoció el resultado de las elecciones, el pasado martes. Trump les dijo claramente a sus simpatizantes "stop it” ("córtenla”, sería la mejor acepción en este contexto).
Lesley Stahl, quien ingresó a la CBS en 1972 y conduce este programa desde 1991, hubo "un gran cambio " en las formas de su entrevistado. "Él estuvo mucho más moderado, mucho más serio", señaló.
"Creo que Trump quería que el público supiera que él entendía que tenía que cambiar de marcha y prestarle atención a las responsabilidades" que a partir de ahora tendrá, precisó la veterana presentadora.