“Hasta el camino más largo empieza con el primer paso”, coincidió Braian Marino, actual coordinador de Espacios Verdes de la Municipalidad de Neuquén, después de superar la adicción a las drogas, casi tres años de cárcel y hace un mes la Covid-19. “Siempre se puede salir, pero hasta que uno no está convencido y aprovecha la oportunidad que te dan, no lo lográs”, remarcó en diálogo por AM 550 y 24/7 Noticias. Esos tres episodios “me enseñaron mucho, porque yo quise que fueran una enseñanza positiva, fuera de todo lo negativo y las secuelas que puedan haber dejado”, manifestó.
Inserto en un gobierno neuquino adonde conviven distintos partidos e ideologías, el actual funcionario recordó sus raíces en el barrio San Lorenzo y Z1, su momentos más oscuros y la actual gestión adonde llevan plantados unos 12 mil árboles, recuperados espacios fundamentales para la ciudad y la creación de varias plazas, parques y paseos.
En ese marco, Marino destacó todos los apoyos que personalmente recibió y también la “fundamental colaboración de los vecinos para que se apropien” de los nuevos espacios verdes o los sectores recuperados para “que cada uno pueda cuidar y mantener el verde, inclusive que pueda regar una planta a la que no le llega el agua, porque estamos sembrando vida y entre todos debemos cuidarla”.
Tras valorar “lo que hizo la gestión anterior” en ese sentido, sostuvo que al iniciar la Administración en diciembre pasado “nos encontramos con un centro equilibrado entre el verde y el cemento” pero muy descuidados o desatendidos “todos los espacios de la periferia”. Además de plantar los doce mil árboles, el Coordinador de Espacios Verdes destacó la entrega de plantas a personal de Salud, Policía y otros sectores considerados esenciales y la colaboración permanente de trabajadoras y trabajadores de la Municipalidad capitalina.
En la entrevista, realizada en el programa “Viaje al puerto de la noche” relató detalladamente cómo superó la adicción a las drogas, los “dos años y siete meses de cárcel por un error que cometí” y recientemente el contagio de coronavirus, junto a su esposa, la diputada provincial Carina Riccomini. Además de encauzar su existencia a través de la creencia en Dios, Marino subrayó la necesidad de “estar convencido” de querer superar las adicciones y “aprovechar las oportunidades” que se dan para reorientar sus vidas. “Un día me propuse utilizar toda la logística que tenía para conseguir las drogas, para estar en el mal y hacer todo lo contrario: buscar el bien a través de Dios” y así conoció a su actual esposa y conformó una familia que tiene tres hijos, multiplicó su militancia social y fundó el partido Juntos por la Vida.
“Hoy, a través de este medio, puedo dar una oportunidad a alguien que lo necesite y lo agradezco. Así como le agradezco a quienes me dieron una oportunidad, como (el ex gobernador) Jorge Sapag, mi amigo Claudio Domínguez, al subsecretario de Espacios Verdes Fabián Heuberger, a funcionarios y empleados municipales, especialmente al intendente Mariano Gaido y a quienes me abrieron una puerta para seguir adelante”, sostuvo.