El Círculo Odontológico de Neuquén, que tiene más de 450 socios no sólo de la capital sino también de Plottier y Centenario, informó que, en tiempos de pandemia, sólo pueden ejercer ante dos condiciones: un caso de urgencia o de emergencia. En este contexto, gestiona ante las obras sociales y empresas de medicina prepaga que reconozcan el denominado módulo COVID, como parte del protocolo de bioseguridad exigido por las autoridades sanitarias, tanto de Nación como de la provincia de Neuquén.
“Desde el Círculo hemos enviado una propuesta a todas las obras sociales y empresas de medicina prepaga -que hemos denominado el módulo COVID- y que es un protocolo de atención de bioseguridad, que emitió el Ministerio de Salud de la Nación y también de la provincia de Neuquén”, explicó Darío Conti, secretario del Círculo Odontológico de Neuquén. Aclaró que el mencionado módulo, “está formado por dos aspectos: por un lado, todos los procedimientos que realizan los profesionales y su personal a cargo y que se efectúan antes, durante y después que los pacientes dejan el consultorio. Y, por otro lado, los insumos de bioseguridad (ropa, campos, fluidos, material químico, etc.), que sin dudas, ha generado un cambio en el paradigma de atención y obviamente, costos extras que no estaban contemplados hasta antes de esta pandemia”.
“Las pautas establecidas a nuestros socios son el cobro, hasta el momento, de un valor cercano los 2 mil pesos. Este valor está sujeto al precio de los insumos, que muchas veces está atado al valor dólar. Desde el Círculo estamos tratando de destrabar convenios con las obras sociales para que afronten este gasto extraordinario”, explicó Conti, al tiempo que pidió a los pacientes tener tranquilidad en cuanto a que los profesionales están involucrados y preparados para afrontar este tipo de medidas de bioseguridad, necesarias en este momento histórico, atravesado por el coronavirus. “Este gasto extraordinario lo deben reconocer las obras sociales. Por el momento, hasta que esto se destrabe, estamos emitiendo al paciente cuya obra social no lo reconoce, una factura para que tramite el reclamo”, explicó Conti.
La situación que se plantea con este tipo de profesionales es particular, por las condiciones en las que deben trabajar, en promedio a unos 30 centímetros de distancia del paciente y con todos los riesgos que implica ante un COVID-19 que, precisamente se contagia a partir de boca y nariz.
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