DEL ABRAZO PASAMOS A LA PARANOIA

“El impacto en la salud mental por la pandemia, será masivo”

Pasaron 100 días de declarada la pandemia y aún nadie puede pronosticar cuánto durará en la Argentina. Entrevista al psiquiatra José Lumerman.
domingo, 28 de junio de 2020 · 17:23

El aislamiento social primero, luego el distanciamiento, es un largo proceso por el cual los argentinos transitan con diferentes ánimos y un fuerte impacto en la vida cotidiana. La crisis sanitaria, el temor al contagio y a la muerte dio paso en los últimos meses a una profunda crisis económica. Miles de personas perdieron su empleo, su negocio, sus bienes y sus últimos ahorros. Un final diferente pero también concebido como una muerte.

La comunidad científica coincide en que este escenario dejará secuelas y ya se empieza a hablar de la “epidemia emocional”. Este diario consultó al psiquiatra José Lumerman, director del Instituto Austral de Salud Mental, de Neuquén. Los siguientes son los principales extractos de la entrevista, donde reflexiona sobre los principales aspectos que esta cuarentena refleja en los consultorios:

¿A 100 días de declarada la pandemia, cómo afecta a nivel anímico?

Se trata de algo desconocido en nuestra historia. En nuestra cultura el contacto físico para expresar nuestros sentimientos ha sido muy importante y distintiva. El beso y abrazo entre las personas ha sido un fuerte componente en las relaciones personales, familiares, amistosos y de la vida social. La expresividad del contacto físico ha sido una manera de demostrar nuestro afecto, nuestra cercanía, nuestra confianza.

La pandemia y la cuarentena resultante han censurado y reprimido esa característica cultural y por lo general toda censura y represión de un sentimiento arraigado y  genuino tiene consecuencias psíquicas, emocionales y energéticas. Lo primero que se comenzó a observar es un fenómeno de inhibición y desconfianza en el prójimo, una suerte de fenómeno paranoide, donde el otro pasa a ser peligroso para uno o uno peligroso para el otro, generándose un alejamiento y retracción sobre uno mismo de características inconscientes.

Este fenómeno psíquico inhibe la posibilidad de satisfacer nuestra necesidad de socialización básica y genera distanciamientos emocional, que tienden a generar estados anímicos depresivos y sensaciones de baja energía vital.

¿Se "vive" esta pandemia diferente, según las edades, género?

Mas allá de algunos síntomas generales como la  ansiedad, insomnio, irritabilidad y vivencias de desesperanza provocados fundamentalmente, por una  incertidumbre total, aún no podemos establecer patrones específicos, según edades y sexo. Lo que sí se observa es que este contexto incrementa y agudiza problemas vinculares previos en las familias, por disfunciones y trastornos individuales, particularmente, si las condiciones socioambientales son deficitarias. No es lo mismo que una familia con chicos cuente con espacio para tener privacidad y un jardín o patio, que una familia que vive en un departamento pequeño, con un dormitorio. En tal sentido se observan un incremento de fenómenos de violencia doméstica .

Lo que preocupa del futuro inmediato son las consecuencias psíquicas que va a generar el incremento cualitativo del desempleo y la falta de dinero para cubrir las necesidades básicas en los que sean sostén económico del hogar. En tal sentido los hombres somos, en general,  vulnerables a la depresión por que gran parte de la identidad y autoestima masculinas están determinados por cumplir su función como proveedor y sentirse potente.

¿Cuáles son las mayores consultas?

Durante el primer mes de la pandemia las consultas disminuyeron significativamente, debido al miedo al contagio, la muerte y el desabastecimiento, que pusieron de lado los problemas psicológicos y psiquiátricos preexistentes. En la medida que se fue extendiendo la cuarentena comenzaron a incrementarse las consultas de manera cualitativa y los especialistas pronostican que el impacto en la salud mental que generó la pandemia va a ser masiva, con predominio de trastornos de la ansiedad, del sueño, depresiones graves y disfunciones familiares severas.

Angustia y miedo suelen ser los sentimientos repetidos en estas situaciones. ¿Hay retroceso en el comportamiento?

El impacto económico está generando angustia y vivencias de ruina en general, y en la población que trabaja como autónomo en particular, debido a la incertidumbre que no permite visualizar un horizonte de recuperación en los ingresos. En mi experiencia, en la era pre pandémica, las consultas en general se centraban en los síntomas y problemáticas vinculares y afectivas, donde lo económico era un tema secundario más allá de la situación socioeconómica del paciente.

Es decir, la crisis económica va ganando terreno en las consultas....

Es fundamental que la población esté atenta a las vivencias de ansiedad, insomnio, falta de deseo, agotamiento permanente e indiferencia afectiva para realizar la consulta precoz para prevenir que se consoliden trastornos mentales y reacciones impulsivas y desesperadas.

Por otro lado, y pensando en acciones preventivas de trastornos mentales, por lo multi-traumático de la pandemia y la cuarentena, particularmente en las personas que no están trabajando o estudiando, es fundamental imponerse a uno mismo una rutina, una agenda de actividades posibles, respetar horarios de comida y sueño, dado que la tendencia es a desordenarse y despersonalizarse como si hubiera desaparecido la dimensión del tiempo.

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