CONFLCITO EN CUESTA DEL TERNERO

Los acusados del crimen de Garay quedaron presos

Les formularon cargos como coautores del ataque a tiros sufridos por los integrantes de la lof Quemquemtreu.
viernes, 26 de noviembre de 2021 · 17:48

En una extensa audiencia, con múltiples debates y planteos presentados por los abogados defensores, el juez de Garantías Víctor Gangarrossa dio por formulada la acusación contra Martín Cruz Feilberg y Diego Alejandro Ravasio como autores de la tentativa de homicidio contra Gonzalo Cabrera y homicidio agravado por el uso de armas de fuego contra Elías Garay. Además tuvo en cuenta el pedido de la fiscalía que solicitó prisión preventiva por riesgo de fuga y de entorpecimiento de la investigación.

La acusación estuvo a cargo de la fiscal jefa Betiana Cendón y del fiscal de El Bolsón, Francisco Arrien, quienes relataron que los imputados, entre las 15 y las 16 del pasado domingo 21 de noviembre ingresaron al predio 103 y 104 de Cuesta del Ternero, en el terreno ocupado por la comunidad Quemquemtreu, portando armas calibre 22. "Al ser interceptados dispararon con la intención de darle muerte a Cabrera y a Garay, produciéndole una herida que le perforó el tórax, y le produjo una hemorragia que le causó la muerte".

La representante del Ministerio Público también dejó en claro que luego de disparar contra las dos víctimas, "ambos huyeron del lugar corriendo", y cerró la primera parte de la audiencia con la calificación legal de "tentativa de homicidio y homicidio agravado por el uso de armas de fuego, Ravasio y Feilberg son responsables en condición de coautores.

Tanto los defensores de Ravasio, Estanislao Cazaux y Pablo Canelo, como los representantes de Feilberg, Ernesto Saavedra y Luciano Magaldi, se opusieron a los cargos formulados y ambos tuvieron como estrategia que sus clientes expliquen lo sucedido el domingo 21 en Cuesta del Ternero, a unos 30 kilómetros al norte de El Bolsón.

El primero que relató su visión de lo sucedido fue Ravasio, quien es socio de Feilberg en la empresa General Simon, y que ambos tienen un contrato para explotar la actividad forestal en el campo que la provincia le cedió por 90 años a la familia Rocco. El imputado aseguró que fue la propia Policía que mantenía un reten en el lugar la que les informó que no había quedado nadie en el acampe, como tampoco en el predio ubicado a unos mil metros de ese lugar.

Después decidieron ir a otro sector donde había leña seca y bajaron una carabina calibre 22 para intentar cazar alguna liebre. Ravasio aseguró que de repente apareció un grupo de entre 8 y 9 personas con los rostros cubiertos y los describió como "una jauría de perros". También que le intentaron arrebatar el arma por lo que forcejearon y allí se escapó un tiro. Luego hubo un nuevo forcejeo y la carabina se disparó dos veces más. Lo más llamativo es que para escapar corrieron unos 800 metros y que al llegar hasta el lugar donde había quedado estacionado el Fiat Duna rojo en el que se movilizaban y "me doy cuenta q no tengo la carabina en la mano".

De todas maneras se subieron al auto y se fueron del lugar por otro camino y no por el que estaba la Policía, donde los había autorizado a subir cuando llegaron. Y aseguró que "nos fuimos por el terror que pasamos. No tuve conciencia de que alguien haya recibido un disparo". 

Ante la pregunta de la querella, Ravasio dijo que vio que uno de los integrantes de la comunidad Quemquemtreu tenía "un bulto negro que se movía, pero a la distancia no distinguía que arma era. Si, vi un arma, un revolver un 38 o 32".

Luego el que dio a conocer su versión fue Feilberg, quien reconoció que desde que comenzó la toma en septiembre, "estuvimos casi dos meses sin poder producir". Y que regresaron al campo porque creían que se había levantado la ocupación: "éramos tan inconscientes de la situación real, que durante todo el camino me tome el trabajo de sacar los alambres que estaban a la altura del cuello, que colocan para que no ingrese la Policía. También había alambres a la altura de los tobillos".

El gerente de General Simon, aseguró que su socio le "salvó la vida", y luego amplió: "Eran como 8 o 9 y yo vi dos con armas. Yo pensé que no salíamos. Si él no reacciona, las víctimas hubiesen sido otras. Nosotros somos trabajadores, no somos sicarios".

Con respecto a la fuga de Esquel y su posterior presentación en una comisaría de Comodoro Rivadavia a 800 kilómetros de su domicilio, argumentó que "lo que hice fue resguardar a mi familia, mi hijo es menor de edad y lo primero que hice fue sacarlo de la zona del conflicto".

En cuanto a las pruebas mencionadas por Cendón para sustentar la formulación, Cazaux plantó dudas con respecto al por qué se lo auxilió a Cabrera y el personal del hospital no pudo certificar la presencia de una persona muerta. "Desde las 15 hasta las 23 (del domingo) no hubo custodia policial sobre el cuerpo de Garay", sentenció.

A la hora de pedir medidas cautelares, Cendón justificó la prisión preventiva con el riesgo de fuga y el entorpecimiento de la investigación. La fiscal enumeró que desapareció el drone que se precipitó al lado del auto de los imputados, que se fueron del lugar por un camino alternativo, que tuvieron que movilizar a todo el Poder Judicial rionegrino y de Chubut para atraparlos y que las chapas patentes del Duna estaban tapadas con pintura para eludir a los investigadores. 

Los defensores se opusieron y hasta plantearon que se les fije una prisión domiciliaria en Esquel con una fianza de 200 mil pesos para Ravasio y 100 mil para Feibelrg. Pero no fue considerada esa posibilidad por el juez Grangarrossa. Tampoco aceptó la posibilidad planteada por la fiscalía de que sean trasladados al penal de Roca, y consideró adecuado que ambos imputados permanezcan alojados mientras dure la investigación en dos comisarías de Bariloche. Y le fijó como plazo hasta el 27 de abril para que el Ministerio Público avance en la investigación y lleve la causa a juicio.

 

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