La provincia de Río Negro avanza en la presentación de un nuevo amparo judicial ante la Justicia Federal por el estado crítico de la Ruta Nacional 22, una de las arterias más transitadas del Alto Valle. El ministro de Obras y Servicios Públicos, Alejandro Echarren, confirmó que el recurso está siendo elaborado por la Fiscalía de Estado, con el respaldo del gobernador Alberto Weretilneck y de todas las áreas del gobierno provincial. “Al disolver Vialidad Nacional no sabemos cuáles serán los canales de diálogo. ¿A quién le reclamamos sobre las rutas?”, cuestionó el funcionario, en un contexto de creciente incertidumbre institucional tras el decreto del presidente Javier Milei que eliminó el organismo vial nacional.
Echarren explicó que la situación de la Ruta 22 es particularmente compleja porque todos los contratos de obra están abiertos, sin resolución por parte del Gobierno nacional. “Hace un año y medio que están en gestión y no pudieron definir qué van a hacer con esos contratos. Los tramos que hay que reparar siguen atados a convenios con constructoras que no fueron cerrados ni renegociados”, detalló.
En la última reunión mantenida con autoridades de Vialidad Nacional, hace cuatro meses, el Gobierno nacional propuso un sistema de concesiones a 20 años que podría incluir la Ruta 22. Según Echarren, el plan contemplaba mejorar el tramo de Cervantes hacia el oeste, pero mantener solo dos carriles en el sector de mayor volumen de tránsito, lo que calificó como “inviable”. “Recién en una segunda etapa, dentro de 10 años, pretendían construir una ruta por arriba de la barda. Eso significa una década más con dos carriles en una zona donde el tránsito crece día a día de forma exponencial. Es una muestra del desconocimiento total sobre la importancia de la Ruta 22”, afirmó el ministro.
El nuevo amparo se suma al reclamo formal que la provincia ya viene impulsando desde junio, cuando se presentó un informe técnico integral elaborado por Vialidad Rionegrina, con datos, fotografías y relevamientos de campo. El documento fue acompañado por informes de Educación, Turismo, Seguridad, Producción y Gobierno, que grafican el impacto del deterioro vial en la vida cotidiana de los rionegrinos. “Las rutas están heridas de muerte y pareciera no importarles. Hay deformaciones de hasta 24 centímetros. El tránsito pesado destruyó el asfalto y no hay ningún control de cargas”, denunció Echarren en ese momento.
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