VIOLENCIA DE GÉNERO
Marcha en apoyo de una madre ante la Justicia de Familia
Una mujer reclama poder ver a su hija desde hace dos años. La Justicia la dio en guarda a su padre, denunciado por violencia de género.Para este miércoles se convocó a una concentración frente a los juzgados de Familia de Neuquén para reclamar la restitución de una niña a su madre, con quien no tiene contacto desde hace dos años. La pequeña fue dada en custodia a su padre, pese a las denuncias por violencia de género –física, verbal, económica y sexual- que radicó la mujer.
La concentración comenzará a las diez y media de la mañana en Leloir y Entre Ríos bajo las consignas “los juzgados de familia en Neuquén no están actuando con perspectiva de género: divorcian las causas de violencia del resto de las de familia; no reconocen que cuando el hombre violenta a la madre de los niños ellos también sufren, y no reconocen que no pasar la cuota alimentaria también es violencia”.
En este caso puntual, harán un reclamo por el caso de Marina, la mujer que hace algo más de dos años no ha podido tener contacto con su hija.
Marina, en 2012, formó pareja con un hombre con quien convivió durante seis años y tuvo una hija.
A partir de 2016 –según su relato- comenzaron “los maltratos en la pareja, violencia física, verbal, psicológica, económica y sexual; yo aguanté los malos tratos por miedo a que me saquen a la nena, que era lo que él siempre quiso”. Describió que el hombre le prohibí “el contacto con mi familia, con vecinos o conocidos; me amenazaba constantemente diciéndome que me iba a cortar la cabeza con un hacha o me iba a sacar los ojos con una cuchara”.
La situación se mantuvo hasta que el 24 de abril de 2018 “tuve el valor de radicar la denuncia, gracias a una señora que me contactó con un abogado”. La presentación la hizo en el juzgado de Familia de Ignacio Noacco.
“Mi abogado solicitó que lo excluyan del hogar, pero eso nunca sucedió. Me mandaban a convivir con mi ex pareja”, contó.
Siempre según su relato, Noacco dispuso que la mujer con su hija vayan a vivir a un refugio, donde permaneció desde el 24 de abril hasta el 6 de junio. “Durante todo se tiempo el juez no resolvió mi caso, aun sabiendo de mi situación económica ya que en el refugio había días que no teníamos para comer; a veces no comíamos para que coman los niños”, señaló.
Luego de dejar el refugio, Marina viajó a Sata Fe, su provincia natal. Sin poder obtener un empleo para sostenerse económicamente con la niña, decidió trasladarse a Santa Cruz, donde vive su hermana.
Allí logró anotar a su hija en una escuela y paralelamente tramitó una causa por el no pago de la cuota alimentaria por parte de su ex pareja. “Dejé asentado en muchos lugares que temía que mi ex atentara contra mi vida y me saque a mi hija”, relató.
El 4 de julio de 2018 a las tres y cuarto de la tarde, recibió un llamado telefónico de la secretaria de la escuela de su hija, a la que debía concurrir de manera urgente. “El director me estaba esperando; cuando ingresé me encuentro con que estaba rodeado de policías y me dice que por medio de una supuesta orden judicial tuvo que entregar a la nena, y que él no había podido hacer nada”.
Desde ese momento Marina ha tenido escasos contactos con su hija. Sus demandas radicadas en Sata Fe han sido respondidas ordenando la restitución de la niña pero la Justicia de Neuquén opina lo contrario, y no le garantiza el mínimo contacto con su hija.