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Jueves 24 de Abril, Neuquén, Argentina
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Subsidios millonarios y crisis crónica en las cerámicas neuquinas

Las fábricas expropiadas, sostenidas por el Estado con millones de pesos, continúan al borde del colapso. Dirigentes políticos crecen mientras las administraciones fracasan.
Miércoles, 16 de abril de 2025 a las 15:29

Las cerámicas neuquinas expropiadas, como Fasinpat (ex Zanon), Cersinpat y Cerámica Neuquén, vuelven a estar en el centro de la escena por una crisis que se repite. En los últimos días, los cortes de ruta y protestas por el corte de luz en Cerámica Neuquén reflotaron una historia marcada por subsidios estatales, administraciones deficientes y un fuerte componente político.

Desde su reconversión a gestión obrera en tiempos de crisis, estas fábricas han recibido aportes estatales millonarios que, lejos de garantizar su viabilidad, han servido para sostenerlas a flote de forma precaria. Solo entre 2021 y 2024, el gobierno provincial destinó más de 60 millones de pesos en subsidios directos, además de realizar compras de materiales por cifras igualmente elevadas. En agosto de 2024, por ejemplo, se adquirieron pisos y revestimientos por más de 132 millones de pesos a Cerámica Neuquén.

A pesar de ese flujo constante de recursos, las fábricas siguen acumulando deudas, sin capacidad para renovar maquinarias ni pagar servicios básicos como la electricidad. Esta contradicción alimenta un círculo vicioso: tras cada colapso, llegan las protestas, y luego nuevos subsidios.

Mientras tanto, los referentes del sector han crecido políticamente. Raúl Godoy fue diputado provincial por el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), y actualmente ocupa ese rol Andrés Blanco, también dirigente gremial del sector. Ambos con fuerte respaldo del gremio docente ATEN y aliados políticos como Patricia Jure y Angélica Lagunas, también del FIT, quienes acompañaron los recientes cortes.

La pregunta que persiste es si el modelo de autogestión ceramista es verdaderamente sostenible o si ha sido sostenido artificialmente por el Estado a costa de fondos públicos sin resultados concretos. El informe de ACIPAN de 2015 ya advertía que el Estado había aportado más de 300 millones de pesos actualizados solo a la ex Zanon. Desde entonces, la situación patrimonial no ha mejorado y la actividad política de sus dirigentes no ha hecho más que crecer.

¿Dónde fueron a parar todos esos recursos? ¿Y cómo se financiaron esas campañas políticas mientras las fábricas siguen sin poder pagar la luz? Son preguntas que, tarde o temprano, alguien tendrá que responder.

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