RECOMENDACIÓN DE LECTURA

"La violencia contra los niños y la ficción"

La literatura muestra a la sociedad aquello en lo que se debe reparar: en nuestros días, el abuso físico y psicológico que sufren muchos niños.
sábado, 18 de marzo de 2023 · 11:18

Siempre escuchamos que la realidad supera ampliamente a la ficción. Entonces ¿por qué la literatura se hace cargo de esa problemática una y otra vez? Quizás porque una de sus funciones es ser el espejo que muestra a la sociedad aquello en lo que debe reparar –tanto para observarlo como para resolverlo–.

Cuando en occidente comenzó a circular el dinero y el sistema feudal cedió a los intercambios del orden capitalista apareció una figura en la literatura muy particular: el pícaro, un niño que debía buscar la manera de sobrevivir en un mundo despiadado y cruel. El lazarillo de Tormes, de autor anónimo en el siglo XVI, denunciaba los abusos de nobles, eclesiásticos y de su primer amo “el ciego” que a fuerza de golpes lo aviva para que pierda su credulidad.

Hoy, la narrativa continúa escribiendo relatos de niños que lidian contra el poder de algunos adultos. Aunque algo cambió de un tiempo a esta parte: el enemigo no siempre es alguien de afuera, sino una persona que vive con ellos dentro de las paredes del hogar. Correlativamente, el abuso infantil, físico y psicológico comenzó a ser denunciado al encontrar respaldo en la justicia: –este medio informativo se ocupó de varios casos esta semana que pueden ser consultados en el portal de noticias– aquí y aquí. El arte no escapa a ser un discurso que debate con la sociedad en la que circula.

Samanta Schweblin a través del cuento fantástico, en un relato muy breve llamado “Mariposas”, narra cómo paradójicamente el orgullo de un padre implica la anulación de su hija. Se encuentra en la premiada antología Pájaros en la boca y otros cuentos (2009). Allí encontramos una analogía entre las alas de la niña y las de una mariposa, el dolor de ambas. Solamente accedemos a ella a través de los ojos de un padre que relata quien es su hija desde la competencia como si fuera un trofeo y la idealización, pero carece de la sensibilidad para reconocerla en su fragilidad y delicadeza.

Otra manera de abordar el conflicto lo trabaja Cuentos en red (2022), en el relato realista “¿Qué habrá sido de Quijote?”. Allí se toma el caso de una niña que sufrió un abuso por parte de la nueva pareja de su madre. No se explicita qué sucedió pero los cambios en la conducta de Amalia –la niña– evidencian que algo quebró su manera de ser: rechazo al contacto físico, retraimiento, aislamiento, falta de alegría. “Santi no entendía qué le pasaba ya que por momentos lloraba sin haberse golpeado. Se secaba las lágrimas y seguía jugando. Si Santi le preguntaba qué le pasaba la respuesta era siempre la misma: no le pasaba nada.” Después de muchos años, Santi entiende por las consecuencias, lo que ella padeció con su padre.

Solo nos remitimos a textos escritos en español. Sin embargo, este tema es materia en la literatura universal. El daño al más débil lamentablemente es algo tan horroroso como corriente. La ficción intenta, a través del texto, que la sociedad –que conforma las instituciones– se ponga en los zapatos del otro, sintiendo lo que el otro siente, sufriendo otras vidas, en esta vida. Como seres humanos, el relato viene a conectarnos desde la empatía y el rechazo entre otras cosas, para ver con otros ojos. En estos casos, los ojos de los más débiles para protegerlos. Y la manera más efectiva de hacerlo es a través la educación desde la más temprana edad, pues es clave para que ellos sepan lo valiosos que son física y emocionalmente y el cuidado que merecen.

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