El “UPD” y su particular relación con una novela

En nuestro país se está instalando una nueva tradición: “el Último Primer Día”(UPD) que se realiza en marzo por los alumnos de 5to año del secundario o el “Último Día”(UD) a fin del ciclo lectivo. Hay ocasiones en que no pasa de juntarse en una casa para compartir el tiempo antes de ir a la escuela, sin dormir. En otras, se ingieren bebidas alcohólicas y se trata de ir a la escuela lo más lucido posible. El punto es que iniciar una clase con alguien que no durmió, tal vez bebió o sigue de festejo, puede ser una tarea muy compleja. 

Pero ¿qué sucede cuando es el docente el que incurre en esa distorsión a través del exceso? Gonzalo Celorio es un académico, escritor y editor mexicano que plantea este eje en su novela "Y retiemble en sus centros la tierra" a través de su protagonista, el Doctor Juan Manuel Barrientos especialista en literatura y estudios culturales mexicanos. 

La novela comienza con varias frases, una de ellas es: “Ante todo es necesario tener sed” de Catalina de Siena. Esas palabras abarcarán en muchos sentidos toda la historia de Barrientos: sed de conocimiento, de compañía, de afecto, de admiración y principalmente de bebidas alcohólicas que deben dosificarse para que el peregrinaje hacia su autodestrucción no sea demasiado imprudente. 

Como estaba con resaca por el festejo de su jubilación, se equivoca al acudir a la cita con sus alumnos y es esa desconexión, –el desencuentro entre el docente y los alumnos– lo que permite que la historia avance.  

El último primer día del resto de su vida, parte de un extravío, es necesario detenerse y replantearse, esa separación se da por el exceso, más aún si le sumamos las diferencias generacionales. En la novela el protagonista hará un recorrido solo, entre lugares históricos y bares decadentes donde es testigo de sus propias miserias. 

Una novela que permite pensar en esas situaciones: el primer día de la siguiente etapa ¿siempre merece un rito de pasaje que marque una ruptura? ¿a veces con los otros? ¿a veces con nosotros mismos? Juan Manuel Barrientos muestra que hay ocasiones en las que es imposible huir, como de su propia conciencia que aparece a través de la segunda persona: “No has acabado de curarte la cruda, a pesar de las tequilas y las cervezas y la comilona. Cómo quisieras una ayudita. (…) las borracheras pueden ser amistosas, festivas, celebratorias, pero las crudas son inevitablemente solitarias. El pecado y la penitencia.” 

 La cruda, la resaca de haberse excedido tiene un precio y en el caso de la novela llevará a lugares íntimos y públicos que emocionarán al lector. Una novela que permite pensar en las nuevas y antiguas tradiciones, como una alternativa también que puede no escogerse.