Soledad Silveyra, una de las actrices más queridas de la escena nacional, abrió las puertas de su elegante departamento en Buenos Aires y dejó ver un mundo lleno de detalles que hablan de su vida y su carrera. Ubicado en uno de los barrios más clásicos de la ciudad, su hogar es un claro reflejo de su personalidad y su historia artística.
A lo largo de más de 50 años de trabajo en teatro, televisión y cine, Soledad Silveyra supo reunir objetos, recuerdos y obras de arte que hoy conviven en cada rincón de su casa. Las imágenes de su departamento muestran espacios luminosos, cálidos y llenos de vida, donde nada está librado al azar.
El living es, sin dudas, uno de los lugares más encantadores. Allí se combinan muebles de estilo señorial, paredes tapizadas de cuadros que transmiten historias y sillones que invitan a largas charlas. El piso de parquet y los detalles en madera aportan un aire de distinción, mientras que los tonos suaves generan una atmósfera acogedora.
Sobre una mesa ratona reposan velas encendidas, libros abiertos y flores frescas que suman un toque romántico. Cada objeto parece tener un sentido especial, como si guardara un fragmento de su trayectoria o un recuerdo familiar. Las copas listas para brindar completan una postal que resume calidez y elegancia.
La cocina, por su parte, muestra otro costado de Soledad Silveyra. Con muebles blancos y detalles campestres, se siente como un rincón pensado para compartir momentos simples: desayunos entre risas, meriendas improvisadas y charlas interminables. La vajilla pintada a mano y los detalles en cerámica reflejan su gusto por lo artesanal y lo auténtico.
En varias de las fotos, se la puede ver relajada y sonriente, luciendo ropa cómoda que refuerza la idea de hogar vivido. La luz natural entra a raudales por las ventanas y se filtra a través de cortinas livianas, dando vida a un balcón lleno de plantas y color.
El sector que conecta con el exterior combina muebles restaurados, cuadros con marcos elegantes y una paleta de colores que armoniza con la vegetación que asoma desde el ventanal. Todo parece dispuesto para invitar a la calma y a la contemplación.
Así es como Soledad Silveyra transforma cada ambiente en un testimonio de su camino. Un hogar que respira arte, memoria y calidez, y que, a través de estas fotos, revela la intimidad de una figura entrañable para varias generaciones.