SUSTENTABILIDAD

El emprendimiento de Choele Choel que busca desplastificar la cocina

Una emprendedora diseña envoltorios ecológicos bañados en cera de abeja que reemplaza y mejora la funcionalidad del papel film.
sábado, 7 de septiembre de 2024 · 17:50

Mariana González tiene 42 años, es Licenciada en Nutrición y junto a su hermano apicultor, Sebastián, crearon “Chilca”, un emprendimiento de envoltorios ecológicos para conservar alimentos, que reemplaza al film plástico. La lista de beneficios de este tipo de ecoenvoltorios la encabeza: que es lavable; luego, que es reutilizable y, que es compostable, lo que ayuda a reducir el impacto del plástico en nuestra tierra y mar.

"Chilca nace hace dos años y medio de una búsqueda personal de opciones más amigables con el medio ambiente, tanto desde la alimentación como de los productos de higiene. Notaba que en la cocina se utilizaba mucho plástico, mucho rollo de film y distintas bolsas, que no ayudan nada al Planeta. Y, en un viaje a Viedma, vi en una tienda natural este tipo de envoltorios. Entonces sumé a Sebastián y la miel de abeja. Juntos pudimos darle forma y un destino al proyecto. Yo estaba en búsqueda de algo diferente en la nutrición, relacionado con la alimentación, y noté que estos envoltorios también ayudan a evitar el desperdicio de alimentos dado que se conservan mejor y por más tiempo", contó Mariana.

 

El emprendimiento de Choele Choel que busca desplastificar la cocina
Mariana González es Licenciada en Nutrición y junto a su hermano apilcultor, Sebastián, crearon “Chilca”, un emprendimiento de ecoenvoltorios.

 

La huella del Valle Medio

Poder utilizar un insumo tan noble como la cera de abeja, y que encima sea de productores locales de Valle Medio, le permitió a Mariana, aportar a la economía local. Eso fue una de las cosas que más la entusiasmó a la hora de emprender.

"Empecé a seleccionar distintas alternativas, ver cómo se hacía, ver los ingredientes, investigar, estudiar mucho. Porque no es que haya un curso de cómo hacer envoltorios ecológicos. Siempre teniendo como premisa, que todos los ingredientes sean amigables con el medio ambiente, tenían que ser naturales. Entonces, elegí las telas, que son todas de algodón. Las estampas están hechas con serigrafía y con tintas al agua. Eso lleva a que el impacto ambiental sea menor que el de telas que ya vienen estampadas, ya que provocan mucha contaminación. Y, dentro de las estampas, hay una que es de frutas y verduras, que refleja la producción del Valle Medio, en el lugar donde vivo. Entonces, también quería transmitir un mensaje que muestre qué se come acá, qué frutas hay, qué verduras, qué frutos secos”, detalló la creadora del emprendimiento de Choele Choel.

El dato de color es que el nombre elegido, “Chilca”, hace referencia a una planta melífera, que produce sustancias que a las abejas les encanta y que recolectan para su provecho, como el néctar o el polen.

 

El emprendimiento de Choele Choel que busca desplastificar la cocina
Las tintas que utilizan sobre las telas, para estampar imágenes de alimentos, son al agua y no contaminan. 

 

 

El sinuoso camino de emprender

Mariana recuerda su etapa de ensayos e investigación con los distintos productos que tiene su marca. "Fue todo totalmente nuevo para mí, porque en todo lo que es emprender hay que estudiar mucho, capacitarse en serio. Fue algo muy difícil. El apoyo de mi hermano y cómo me fue guiando, me ayudó muchísimo porque tenía muchos miedos, si resultaba, si no resultaba. Después vino la etapa del packaging. También quería que sea de un material compostable, que no tenga pegamentos, que no tenga cinta. Y bueno, todo eso llevó más tiempo, más costos, pero era el producto final que yo quería que sea Chilca”. 

Y así pudieron lanzar finalmente los productos, presentarlo en ferias, en el Alto Valle y  Neuquén. Y, el año pasado, lograron el sello y la certificación de procesos de “Bioproducto Argentino” que le dio más valor a lo que producen y venden.

Y el trabajo, y el crecimiento fue cooperativo, porque no podría ser de otra manera: "Fueron un montón de instancias evaluativas. Tuve que pedir ayuda también a otros profesionales porque había que hacer muchos procesos, pedían muchas especificaciones. Hasta que en diciembre pasado viajé a Buenos Aires logrando el sello de la Secretaría de Ganadería y Pesca de la Nación que certifica que todas nuestras materias primas son renovables”, explicó la emprendedora.

 

El emprendimiento de Choele Choel que busca desplastificar la cocina
Leyenda

 

 

Cómo usarlo y que beneficios tiene

El envoltorio ecológico Chilca está confeccionado a mano con tela de algodón, cera de abejas, resina de pino y aceite de jojoba orgánico. Se puede reutilizar, se lava siempre con agua fría y se vuelve a usar. Dura hasta un año, y cuando ya pierde su vida útil, se puede compostar. O sea, vuelve a la tierra.

El producto viene en tres tamaños diferentes que se adaptan a lo que quieras recubrir. Si queremos envolver, por ejemplo, media fruta para que no se ponga fea o un sándwich, llevar galletitas, quesos, hierbas o cubrir platos, bowls, fuentes o también distintos utensilios que tenemos dentro de la cocina: utilizando el calor de las manos, para activar su adherencia.

La cera de abeja tiene una función muy importante. Se usaba en la antigüedad como técnica para conservar alimentos, pero que con la llegada de la heladera fue dejando de existir. ¿Cómo funciona? Las propiedades antibacterianas y antisépticas naturales de la cera ayudan a mantener los alimentos frescos por más tiempo, evitando su desperdicio, y permite que el envoltorio se pueda usar una y otra vez.

Si se envuelve una palta o una cebolla, actúa como la piel de una fruta, dejando respirar al alimento - lo que no hace un papel film o un plástico que transpira y hace que se descomponga-. Entonces, se evita el desperdicio de alimentos. Además, actúa evitando malos olores. Soporta el frío de heladera y freezer. Y hay que evitar tanto el calor del sol, del horno como del agua ya que derrite a la miel. 

 

 

El emprendimiento de Choele Choel que busca desplastificar la cocina
El envoltorio ecológico Chilca está confeccionado a mano con tela de algodón, se puede reutilizar y es lavable. Foto: Chilca. 

 

 

 

Complementos solidarios y sin desperdicio

Además de su producto estrella, en su línea sustentable se puede también encontrar detergentes sólidos, cepillos de dientes y bombillas reutilizables. También tienen esponjas vegetales que, una vez obsoletas, pueden compostarse y suplantan al estropajo. Y, las rejillas de algodón, reemplazan al trapo amarillo que se ve mucho en las cocinas pero que despiden microplásticos. Además, ésta rejilla está hecha con algodón 100% natural, dura mucho más tiempo y no larga olores, como suele suceder con la amarilla común.

“Mi tía teje, así que le pedí que me teja una. Así hicimos un kit de cocina donde también hay unas jaboneras de madera que hacen unos chicos de una escuela especial de un pueblito de acá cerca, que tienen un taller de carpintería. Entonces, fui también por lo que es la inclusión: llegué con la muestra y les dije, necesito 100 de éstas jaboneras y me las pudieron hacer, fue muy lindo”, recordó Mariana. Además, con la tela que sobra de los cortes de los envoltorios, hacen bolsitas para poder guardar cubiertos si, por ejemplo, llevas al trabajo para el almuerzo o tenés un picnic y así evitar el uso de bolsas pláticas.

 

El emprendimiento de Choele Choel que busca desplastificar la cocina
Las propiedades antibacterianas y antisépticas naturales de la cera de abejas ayudan a mantener los alimentos frescos por más tiempo, evitando su desperdicio. Foto: Chilca.

 

 

Con respecto al desperdicio de tela, también Mariana le encontró una alternativa inteligente y, claro, sustentable: “Acá, en Valle Medio, estoy junto con otras mujeres emprendedoras que nos llamamos ´Mujeres Vinculadas´, tratando de apoyarnos. Y con Tiziana, que tiene su emprendimiento “Mostrando la hilacha”, nos fusionamos, hicimos unas ´Pachitas´ ecológicas, que es como la diosa de la Madre Tierra, como un amuleto que tiene un valor sentimental muy lindo. Entonces, con las telas que a mí me sobran, ella fabrica estas Pachitas para poder decorar la cocina”.

Pensando en lo que viene, Mariana pone el concepto por encima de todo. Y así lo explica: "Me gusta mucho el diseño, la decoración pero, bueno, uno va pensando, creando, viendo qué productos van y cuáles no. Hoy busco no salir del eje de lo que quiero para la marca. Poder continuar con esta impronta, no desviarme por otros caminos, sino seguir por el lado de lo natural como premisa".

Podés ver más en chilca.com.ar.

 

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