RÍO NEGRO

Cipolletti, ¿una ciudad para vivir?

Un nuevo crimen contra una mujer y la gente en la calle en reclamo de Justicia, recién después de cinco días apareció en la ciudad la gobernadora para no decir nada.
domingo, 10 de julio de 2022 · 00:00

Tras una triste serie de asesinatos de mujeres, el constante crecimiento de Cipolletti se puso en duda por las situaciones de violencia que se sufrían. El entonces intendente Julio Arriaga con su equipo de comunicación elaboró una fuerte campaña publicitaria con un escudo con letras de colores y la frase "una ciudad para vivir". Pero no siempre las frases proselitistas reflejan lo que pasa. Casi 25 años después de aquellos crímenes múltiples sin culpables presos, la localidad que se convirtió en el epicentro de la vida política rionegrina, reclama por lo mismo.

El crimen de Agustina Fernández, una joven estudiante de medicina de 19 años, que llegó en marzo desde Santa Rosa, conmocionó a toda la sociedad. Si bien su certificado de defunción indica que murió el miércoles, después de una ablación múltiple de órganos, su estado de muerte cerebral era irreversible desde que fue encontrada en un charco de sangre dentro de un departamento de la calle Confluencia 1300 del barrio Sillón Encantado, el sábado 2 de julio.

Hasta que cinco mil personas coparon las calles, con velas en las manos, en reclamo de justicia el mismo miércoles, sólo se había conocido un breve comunicado de la fiscalía en la que se decía que se estaba investigando y solicitaban testigos. Una nueva evidencia de la ausencia los gobernantes en momentos de crisis.

Como había sucedido en Catriel, solo una semana atrás, con el femicidio de Patricia Rodríguez Rendón, otra vez la gobernadora se mantuvo alejada de emitir cualquier tipo de opinión. Y una vez más, su falta de empatía por otra mujer quedó de manifiesto y ratificó su feminismo selectivo, utilizado sólo para cosas banales como carreras de autos para mujeres o el ascenso de una jefa policial para las cámaras.

Agustina se moría en el hospital de Cipolletti, donde debió ser atendida en la guardia y permaneció internada en una UTI improvisada porque las escasas 5 camas que tiene el sector destinado a pacientes críticos estaban ocupadas y la segunda terapia creada por el Covid, fue desmantelada por decisión de la dirección. Mientras, la gobernadora y el actual senador Alberto Weretilneck se reunían con el presidente Alberto Fernández para agilizar el préstamo de 2 mil millones para pagar los aguinaldos.

Una primera concentración en la puerta del hospital el martes a la noche y las cinco mil personas en la plaza de la Justicia del miércoles avivaron viejos fantasmas. Esa misma plaza céntrica fue donde los cipoleños se juntaban a fines de los 90s y principio de los años 2000 para pedir el esclarecimiento de los crímenes de Janet Opazo, el de las hermanas Paula y María Emilia González; Verónica Villar, Diana del Frari, Ana Zerdán, Mónica García, Carmen Marcovecchio o Alejandra Carbajales, y la de Agustina Atencio ocurrida el año pasado.

La gente en la calle sirvió para que al menos por unos minutos la gobernadora llegara a Cipolletti. Es cierto que su destino final era Neuquén para participar de unas charlas de energía organizadas por un medio periodístico, pero al menos entró y subió hasta el cuarto piso del edificio municipal, donde posó para la foto con el intendente Claudio Di Tella. ¿Qué anunció? la instalación de 13 cámaras de vigilancia para "prevención situacional", que se suman a las 54 del centro de monitoreo inaugurado en marzo por la Arabela Carreras. Cámaras que no lograron aportar ni un sólo registro de quién podría haber matado a Agustina. Y un centro de monitoreo operado por amigos de alguien, como ocurre en Roca donde los responsables de mirar los monitores son jugadores de Argentinos del Norte, club del que la ex legisladora Tania Lastra es la presidenta.

El Estado provincial hace agua. No sólo por una gobernadora ausente de los temas realmente importantes. La seguridad es un tema muy delicado que no tiene soluciones: una ministra que llegó a la provincia por ser amiga de Carreras y que no tiene experiencia alguna en investigación ni prevención del delito, sólo como abogada en causas de lesa humanidad. La Policía también está en crisis con una cúpula desaparecida, los reclamos de mayor inversión en personal, equipamiento y móviles, no son escuchados. Tampoco hay acompañamiento para los jefes de las comisarías.

Estado ausente que también se puede ver a diario en los hospitales. Se sufren las consecuencias de las medidas de fuerza de ASSPUR que lleva más de un mes y los reiterados paros de ATE, que se van a hacer más cotidianos por la falta de oferta salarial para los próximos meses. Las quejas de la gente que hace cola desde las 4 de la mañana para que le entreguen insulina y cuando llega el horario de atención les dicen que el personal está de huelga. O la falta de anticonvulsivantes, son algunos de los ejemplos.

En Cipolletti hace dos meses que está cerrada la salita de Costa Norte porque un empleado de la empresa que venía a llenar el zeppellin tuvo un segundo de lucidez y revisó la instalación. Luego de las mediciones ordenó el inmediato desalojo y le puso una faja de clausura. Había riesgo de una explosión. El 22 de junio explotó el centro de salud de Cona Niyeu y dejó dos personas heridas.

La falta de respuestas del gobierno de Carreras no es algo que sólo se puede ver en Cipolletti. Pero si lo que sucede en esa ciudad que pasó a ser el centro de la política rionegrina, enciende un alerta para el partido de gobierno. Se sabe que Weretilneck quiere regresar a la gobernación, y en frente tendrá a un ascendente Anibal Tortoriello. Los números que maneja el presidente de Juntos Somos Río Negro son preocupantes, el empresario del PRO subió 6 puntos en los últimos meses, mientas la imagen de Carreras y de Di Tella se caen abruptamente. 

Weretilneck está sólo arrastrando el carro de JSRN con cientos de funcionarios amigos sentados muy cómodos arriba. Gran parte de su intención de volver dependerá de la estrategia que pueda armar en Cipolletti, la ciudad que lo tuvo al frente del Ejecutivo durante 8 años y la que lo impulsó a la provincia. El candidato señalado sería Rodrigo Buteler y debería medirse contra el candidato de Tortoriello, que no podía ser otro que un empresario, Eduardo Siliquini.

El actual senador está preocupado por la situación y por segunda vez en una semana se mostró junto a la gobernadora, a quien esta dispuesto a llevar de la mano, como cuando ganó las elecciones, para que pueda finalizar su mandato de la mejor manera. Ambos fueron a Buenos Aires y se juntaron con el presidente, le dieron el apoyo a la nueva ministra de Economía, Silvina Batakis y le recordaron a Fernández de la ley de Hidrógeno Verde que se posterga en el Congreso y que ya puso en duda la inversión de 4.500 millones de dólares de Fortescue, porque la empresa ya empezó a comprar campos en Chubut y avanza con una primera parte del mega proyecto en aquella provincia.

Precisamente el proyecto de los australianos, que en el país son representados por el ex Puma Agustín Pichot, era la máxima esperanza de Carreras para intentar que su gestión trascienda en la historia, más allá de haber sido la primera mujer en gobernar la provincia.

 

 

 

 

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