Las tres agentes de la cárcel de Roca que sufrieron una intoxicación por monóxido de carbono fueron dadas de alta en las últimas horas, pero siguen bajo tratamiento médico. Las trabajadoras del Servicio Penitenciario Provincial se recuperan con seguimiento ambulatorio, aunque permanecerán alejadas de sus funciones hasta recibir el alta definitiva de la ART.
El episodio encendió las alarmas dentro de la exalcaidía de Roca. Las mujeres estaban en el pabellón 11 cuando comenzaron a experimentar síntomas de intoxicación, pero lograron salir por sus propios medios pese al malestar. Fueron trasladadas en un móvil policial al Sanatorio Juan XXIII, donde permanecieron internadas en observación y recibieron asistencia médica especializada. El sábado, dos ya habían recibido el alta y sólo una quedaba bajo tratamiento hasta limpiar el monóxido que aún permanecía en sangre.
A raíz del incidente, se activaron los protocolos internos y se convocó a la empresa Camuzzi, que inspeccionó las instalaciones. Como parte de las medidas preventivas, la distribuidora de gas retiró el medidor y también una cocina para realizar peritajes técnicos y garantizar que no existan nuevas contaminaciones como consecuencia de la mala combustión del artefacto.
Mientras tanto, las tres celadoras siguen con controles médicos para descartar secuelas derivadas de la exposición al monóxido, un gas altamente tóxico que puede resultar letal en espacios cerrados y sin ventilación adecuada. La investigación interna y los trabajos de seguridad continúan, mientras se aguarda la rehabilitación del sector afectado.
El monóxido de carbono se produce por la combustión incompleta de materiales como gas, leña, carbón o kerosene, y su inhalación reduce la cantidad de oxígeno en la sangre, provocando fallas en órganos vitales como el corazón y el cerebro. Los síntomas pueden confundirse con un cuadro gripal: dolor de cabeza, náuseas, mareos, debilidad, confusión o pérdida de conocimiento. Por eso, desde Salud insistieron en que la prevención es la única herramienta efectiva para evitar tragedias. “El principal riesgo es que las personas no asocian estos síntomas con una intoxicación”, advirtieron.
- No usar estufas sin tiro balanceado en dormitorios o baños
- Ventilar los ambientes todos los días, incluso en jornadas frías
- Revisar los artefactos de calefacción una vez al año con gasistas matriculados
- No usar hornallas ni hornos para calefaccionar
- Evitar el uso de braseros o estufas a kerosene, y apagarlos antes de dormir
- Verificar que las llamas sean siempre azules, ya que una llama amarilla indica- combustión defectuosa
Además, se recomienda instalar detectores de monóxido de carbono, dispositivos de bajo costo que emiten una alarma sonora ante la presencia del gas. Según datos de Camuzzi, el 94% de los eventos registrados están vinculados a fallas en los conductos de evacuación de gases, y en 8 de cada 10 casos se detectó ventilación deficiente o inexistente.