POLÍTICA EN NEUQUÉN

Figueroa dio un paso para empezar a desactivar la bomba

El gobierno neuquino modificó los aportes a la jubilación y a la obra social. Reducirá así una parte del grave déficit en las cuentas públicas.
sábado, 27 de enero de 2024 · 17:51

La que era “la mejor provincia”, en el slogan publicitario de la gestión de Omar Gutiérrez, iba en realidad derechito a la quiebra. Los méritos para entrar al quebranto fueron varios, algunos correspondientes a factores generales e incluso foráneos, otros, pertinentes exclusivamente a la administración provincial. El proceso fue armando una paciente y peligrosa bomba, que, de estallar, haría añicos al Estado provincial tal como se lo conoce.

El gobierno de Rolando Figueroa diagnosticó el problema después de constatar las evidencias, a poco de asumir la gestión. Ahora, ha dado un primer paso para desactivar la bomba, con el aumento de contribuciones y aportes a la caja de jubilaciones (4,5 % en los dos casos) y el incremento de la tasa de contribuciones y aportes a la obra social estatal (1,5 % en ambos casos). Ambos departamentos estatales están en el singular mundo del ISSN, con contabilidades separadas, aunque en muchos casos complementarias. Un mundo que, para este año, auguraba un déficit de unos 100 mil millones de pesos.

El costado oscuro del Estado neuquino, que contrasta con la luminosa claridad que viene de los yacimientos de Vaca Muerta, intentará, de esta manera, alcanzar un equilibrio. Ni tanta sombra perniciosa, ni tanta claridad culposa. El equilibrio fiscal, esa meta que en Argentina parece tan difícil de conseguir, es, simplemente, no gastar más de lo que se recauda. En el país todavía está muy lejos, y, en Neuquén, también, aunque la medida gubernamental avance en el buen camino.

Figueroa diseñó el cambio juntando dos cuestiones contradictorias. Primero, aceptó pagar 40 por ciento de “aumento” salarial (ya dijimos que, en la Argentina inflacionaria, no hay aumentos salariales reales) a los empleados del Estado. Apenas disipado ese humo jolgorioso para los sindicatos, se anunció el aumento de aportes a la caja de jubilaciones y al sistema de prestación de salud y asistencial. Esto se ha intentado hacer muchas veces, sin lograrlo, fuera por miedo a las reacciones gremiales, o por esa inveterada costumbre de hacer demagogia antes que política. Los sindicatos rechazan aportar más. Ellos, especialmente ATE y ATEN, tienen una cosmovisión según la cual las empresas petroleras tienen que bancar todos los gastos, incluidos los propios, que financian las aventuras ideológicas y prácticas de los popes sindicales.

El antecedente más reciente de actualización de contribuciones y aportes a una caja de jubilaciones en Neuquén fue el del municipio capitalino, cuando gobernaba Horacio Quiroga. Se hizo en acuerdo con el sindicato municipal, y así se logró sanear esa caja, que iba, también, camino al desastre. Pero, en provincia, el problema se agrandaba día tras día, y se disimulaba a partir del crecimiento productivo de Vaca Muerta y los aportes extraordinarios para cubrir el desfase de estas cuestiones sociales del Estado. Lo último fue la derivación directa de los fondos del FEDEN (creado a partir de las regalías para tener un fondo anticíclico).

Cuando asumió Figueroa, pronto se dio cuenta que no alcanzarían esos millones de dólares. Que, en realidad, nada alcanzaría, por lo que había dos opciones a mano: aumentar contribuciones y aportes (para que la plata necesaria saliera de donde tenía naturalmente que salir) y/o modificar la edad mínima para jubilarse (que los estatales -todos- se jubilaran con al menos 65 años de edad). Eligió la primera opción, más allá que hubiera podido, al menos teóricamente, llevar adelante las dos en simultáneo. Figueroa, al fin, es parte de ese enfoque “peronista a la neuquina” que acuñó la matriz original del MPN. No quiere siquiera sugerir que barrerá con algún “derecho” adquirido, como presuntamente es el de la edad “neuquina” para jubilarse. Esa cuestión, además, necesitaría de un trámite legislativo, y crearía otro escenario. En fin: la conclusión fue que había que aumentar contribuciones y aportes, y, con ello, conjurar la crisis en lo inmediato con esa inyección de dinero al ISSN, que se aplicará desde ya, desde este mismo enero de 2024.

En el texto del decreto, firmado este sábado 27, se explica que “los sistemas de reparto enfrentan un gran problema de sostenibilidad a nivel mundial, situación a la que no es ajena Argentina, ni la provincia de Neuquén”. Es muy cierto. Y no es un descubrimiento novedoso. Esto se sabe y se debate desde hace, por lo menos, 30 años. El tema central, a los efectos neuquinos, es que cada vez hay más jubilados en relación a los activos (los que trabajan); y cada vez habrá más pasivos, y menos en actividad. Esto es precisamente uno de los efectos de la edad de jubilación, en concordancia con la mayor expectativa de vida que tienen las personas en general.

En fin, es uno de los macro problemas del Estado tal como se lo conoce en Neuquén. El gobierno de Figueroa tiene distintas líneas de acción para cambiar esta situación, evitando el “ajuste”, y dándole prioridad a la “eficacia” estatal. Así, por ejemplo, la revisión del sistema de ayuda estatal a través de los planes sociales; así, el achicamiento de la planta política; así, la guerra contra los “ñoquis”. En concreto, Figueroa busca gastar menos, y, sobre todo, gastar solo en lo que hay que gastar, no en cualquier cosa, y, mucho menos, en esas cosas que después son difíciles de explicar.

ATE y ATEN no aceptarán, en principio, la medida de aumentar los aportes. Al mismo tiempo, esto se conecta con lo que puede venir en los próximos meses: la revisión de las actualizaciones salariales automáticas según la inflación. Por lo tanto, hay mucho en el paquete de negociación con los gremios estatales. Sin olvidar las cartas políticas, que pasan por la “independencia furiosa” de Neuquén respecto de cualquier dependencia de Nación, sobre todo, en estos convulsionados tiempos de la aventura libertaria de Javier Milei.

En este sentido, Figueroa hizo las cosas muy prolijamente, pues alineó tras su figura a todos los intendentes, a todos los legisladores, a la mayoría de los gremios privados, y, además, lidera con cierta facilidad al grupo de gobernadores patagónicos. Esa masa crítica a favor, lo reviste de un poder mayor, y le otorga mejor capacidad de negociación con los sindicalistas del Estado.

La pelota, como se dice en el fútbol, está ahora en el terreno que comandan, como mediocampistas veteranos, Carlos Quintriqueo y Marcelo Guagliardo. Con UPCN y Viales, se sabe, el partido es otro.

El partido, por ahora, se jugará sin referí.

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