CINE EN PANDEMIA

La muerte de un perro, vuelve la sátira al cine argentino

La película de Matías Gainz se estrena este jueves por Cine.ar, y al día siguiente en la plataforma Cine.ar Play.
martes, 3 de noviembre de 2020 · 16:36

"La muerte de un perro", de Matías Gainz, que se estrena este jueves a las 20 por Cine.ar y al día siguiente gratis en Cine.ar Play, es una historia que el realizador creó uniendo dos hechos reales, satirizándolos, y en los que el miedo de los protagonistas ante un hecho fortuito los pone en camino a transformarse en seres macabros.

"El punto de partida de esta historia es una serie de noticias que leí en la prensa hace ya varios años. Una sobre una empleada doméstica inmigrante que tuvo un accidente laboral y sus empleadores montaron un entramado increíblemente complejo para que no fuera al hospital y no se supiera que tenían a alguien ilegal trabajando en su casa. La otra era sobre un escrache que un grupo animalista le hizo a un veterinario del zoológico luego que de éste supervisara el sacrificio de un elefante que tenía una enfermedad terminal", indicó Gainz a Télam.

"Estas noticias -explicó- no tenían ningún elemento en común, salvo que en ambas, sus 'protagonistas' terminaron llevando las cosas hasta la violencia y el absurdo. En ambos casos, esa violencia parece estar asociada con sentimientos de superioridad frente al otro. Clasista y racial en un caso, moral en el otro. Pero creo que es interesante como en ambos casos los hechos desencadenantes (muy distintos entre sí) generaron una serie de acciones torpes o grotescas, producto de la desesperación".

En la cinta, un matrimonio acomodado vive en completa desconfianza con respecto a las clases bajas y, sobre todo, para con su empleada doméstica. Luego de un robo que sufren en su casa, este miedo se apodera de ambos hasta que, impulsados por el sentimiento, se ven envueltos en una sucesión de situaciones de las que deben zafar para no ser atrapados por la policía. Todo esto, acompañado por un filoso humor que hace cuestionar al espectador sobre los verdaderos motivos de su risa.

"Me interesaba investigar qué concatenación de hechos podría llevar a una persona a terminar ejecutando actos violentos, absurdos e irracionales. Y qué grado de torpeza tendría al realizarlos", sostuvo Gainz.

Télam: ¿Por qué utilizar el humor para ambientar una historia que al final es macabra?

Matías Gainz: Siguiendo con el razonamiento anterior, creo que mostrar personajes que realizan acciones macabras pero de manera torpe, en cierta forma los humaniza. No son monstruos, son personas, sin que eso signifique justificarlos. Pero quizás eso pueda llevar al público a pensar cuán cerca podemos estar nosotros de realizar algo como lo que hacen ellos. La idea es establecer con el espectador un juego de acercamiento y distancia con los personajes y con la historia. Reírnos un poco para después, de repente, preguntarnos de qué nos estábamos riendo. La intención principal de la película siempre fue la de ver hasta dónde se podía llevar la comedia para intentar transmitir algunos de los aspectos oscuros que tenemos como personas.

T: ¿Creés que el miedo puede tener cosas positivas?

MG: Como todas las emociones primarias, el miedo tiene una función muy clara y necesaria, que es alejarnos del peligro. Es útil tener miedo de cruzar la calle cuando hay autos. Sin embargo, en situaciones más complejas, creo que el miedo no es tan buen consejero. A pesar de que pueda ser algo muy arraigado, desde tiempos inmemoriales los seres humanos nos organizamos en pequeñas tribus y en general las personas de las otras tribus constituían un peligro. Pero justamente la humanidad pudo evolucionar y complejizarse cuando las personas de diferentes tribus empezaron a cooperar, cuando el miedo al otro se deja un poco de lado y las discrepancias empiezan a resolverse más o menos pacíficamente. Y la humanidad ha llevado esa evolución y complejidad a tal punto, que ahora entre todos podemos destruir el mundo.

T: ¿Por qué creés que personas "comunes", como los protagonistas de la película, se dejan llevar por situaciones extremas que parecerían de otros contextos?

MG: Todos creemos ser gente civilizada hasta que estamos en una situación desesperada. Nadie se considera un paranoico hasta que se te meten a robar a tu casa. El problema es qué pasa cuando las personas dejan de actuar racionalmente y empiezan a tomar una decisión tras otra dejándose llevar por su miedo. Se puede entrar en un círculo vicioso donde se termine causando justamente lo que se quería evitar.

T: ¿Qué creés que pesa más en los protagonistas, la culpa o la necesidad de zafar de la situación?

MG: Esa es una duda que se pretende plantear en la última escena de la película. En el momento, ellos necesitan zafar de la situación y hacen lo que consideran que tienen que hacer por su supervivencia y la de su pequeña tribu. Luego, cuando todo termina, si van a sentir culpa o no, lo definirá cada espectador.

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