Con el paso de los años, Natalia Oreiro se ha consagrado como actriz, ya que incluso llegó a convertirse en una de las extranjeras más destacadas del país. Pero mucho de este éxito tiene que ver con su personalidad y profesionalismo. Es por eso que expuso cómo fue la vez que le marcó la cancha a un reconocido actor que no se acordaba la letra de su personaje.
Es que detrás de esa simpatía que suele mostrar puertas afuera, se esconde una Natalia Oreiro muy minuciosa y profesional. Es que a la hora de trabajar muestra su costado más serio, por lo que expone el deseo de que las cosas se realicen de la mejor manera sin tener que perder su tiempo.
Por lo menos así lo contó ella misma. Se debe a que en su paso por Vuelta y Media, programa que se emite por Urbana Play, la actriz uruguaya expuso que no tolera la pérdida de tiempo cuando está trabajando. Es por eso que contó una anécdota que expone su costado profesional y también su lado más exigente.
Sucede que hace un tiempo, en una telenovela, se animó a marcarle la cancha a Adrián Suar, ni más ni manos. Quien en ese tiempo no sólo era uno de los actores más reconocidos del país, sino que incluso el dueño del canal. Sin embargo, eso no la frenó para exigirle que haga las cosas bien.
Pero a la hora de relatar esta anécdota, Natalia Oreiro no sólo mencionó que le exigió profesionalidad, sino que incluso admitió que sus métodos no fueron del todo simpáticos. “Me acuerdo de hacerlo con Adrián Suar y un día lo agarré de los pelos”, confesó sobre el nivel de ira que despertó el actor en ella.
Para no quedar mal, expuso qué era lo que hacía Adrián Suar en esta escena que despertaba su costado más violento: “O sea, mi personaje lloraba, abría la puerta y él tenía que decir un texto. La quinta vez que no le salía el texto, lo agarré y le dije: ‘O me lo decís, o me voy a mi casa’. Y él era el jefe, era el dueño del canal”.
Por su parte, Sebastián Wainraich, quien también compartió set de grabación con la actriz dio fe de su profesionalismo, ya que en reiteradas veces vivió en carne propia la exigencia de ella a sus compañeros para enfocarlos en el guión y no caer en la improvisación.