El líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, calificó de “puro terrorismo”, la ola de explosiones de dispositivos electrónicos de comunicación usados por ese grupo armado que sacudió Líbano causando decenas de muertos y miles de heridos.
Hezbolá, un grupo terrorista sostenido por Iràn que actúan desde hace décadas en Lìbano, ya había responsabilizado a Israel por las explosiones, pero Nasrallah no había fijado posición pública hasta ahora.
"Esto es puro terrorismo. Los llamaremos masacre del martes y masacre del miércoles. Son crímenes de guerra o, al menos, una declaración de guerra", afirmó el líder de Hezbolá en un discurso televisado.
"Dios es misericordioso y evitó más muertes y heridos. Varios beepers estaban fuera de servicio o apagados. Algunos no estaban asignados y todavía están almacenados", dijo.
Afirmó que la operación buscó la detonación de unos 4000 dispositivos -entre beepers y walkie-talkies-, colocando en peligro la vida de miles de personas, incluyendo civiles inocentes.
Al menos 37 personas murieron y unas 2600 resultaron heridas por la explosión de estos aparatos que fueron adquiridos y distribuidos por Hezbolá entre sus miembros para evitar comunicarse con celulares, considerados como más vulnerables a las acciones israelíes. En referencia a Israel, Nasrallah dijo que "el enemigo" excedió "todos los límites, reglas y líneas rojas".
Reconoció que se trataba de un golpe sin precedentes para el grupo, pero afirmó que su capacidad de mando y comunicación sigue intacta. Nasrallah anunció que responderán a lo ocurrido en una forma que Israel "podría o no esperar".
"No hablaré del lugar, el momento, la locación, detalles. Ustedes se enterarán cuando ocurra. Este ajuste de cuentas sucederá. Los detalles no los vamos a revelar ahora porque estamos en una etapa muy sensible de la batalla", asegurò.