Un término sin base científica que esconde maltrato infantil

El Síndrome de Alienación Parental (SAP) se refiere a cuando uno de los padres, generalmente en un proceso de separación o divorcio, genera una campaña para crear odio, desprecio y desprestigio en torno al otro progenitor instigando temor y creando historias injustificadas en contra ellos.

Son muchas las voces que critican o defienden al SAP preguntándose si existe o no el término. Lo que no se puede negar es que hay muchos contextos familiares, donde los niños quedan expuestos en medio de terribles divorcios y combates familiares afectando el vínculo afectivo entre padres y descendientes. Si esto sucede se puede estar ante un caso del Síndrome de Alienación Parental.

En 1985 el psiquiatra estadounidense Richard Gardner ya hablaba este síndrome, pero al día de hoy tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la Asociación Americana de Pediatría no se hacen eco de este trastorno que es un tipo de abuso infantil que afecta a miles de niños por todo el mundo.

Las señales que por lo general presenta un niño cuando está bajo este trastorno son: tristeza marcada o poca expresividad emocional que se relaciona directamente con el proceso de divorcio de los padres; maltrato hacia el otro progenitor, pero le cuesta explicar por qué le sucede esto; niega que alguien haya influido en él mostrando confusión al dar su versión de los hechos; desinterés en ver al otro padre/madre; defender de manera excesiva al pariente alineador.

Por otro lado, también hay signos que muestran los progenitores como agresiones directas hacia los niños: todo lo que muestra el otro padre es negativo; evita que el niño emita su propio juicio de valor; se muestra poco sensible a los sentimientos de su hijo en general, sobre todo cuando quiere tener contacto con el otro familiar.

Es una realidad que estos abusos y situaciones por parte de los padres ocurren en miles de hogares, ocasionando maltrato infantil y generándoles a los niños daños psicológicos que muchas veces son difíciles de reparar.

En estos casos lo más traumático para los niños es que se encuentran envueltos en conflictos que son de grandes, quedando atrapados en problemas legales y expuestos en medio de discusiones como escudos humanos, ocasionando en ellos una auténtica pesadilla y presionándolos psicológicamente para que elijan que padre es mejor que el otro.