CREER O REVENTAR

"¿Qué les sucede a las personas que creen en fantasmas?"

Investigaciones llevadas a cabo durante 40 años vinculan dicha creencia en diversos sucesos paranormales con déficits cognitivos.
martes, 19 de julio de 2022 · 00:00

En los últimos años, la creencia sobre sucesos paranormales ha ido en aumento en la sociedad, en cada parte del mundo. Por ejemplo, “apariciones fantasmales” o “movimientos de objetos con la mente”, son historias cada vez más frecuentes entre las charlas de amigos.

 

Una reciente encuesta entre adultos británicos indicaba que un tercio de los consultados creía en los sucesos paranormales mientras un 21% no estaba 'seguro'. Y aunque parezca disparatado, el 40% de los dos grupos aseguraba haber visto o sentido la presencia de una entidad sobrenatural.

 

Según consignó el prestigioso diario online ABC, “informes parecidos han sacado conclusiones semejantes en distintas culturas a lo largo de los años. Entender por qué estas personas tienen convicciones que contradicen los principios básicos de la comprensión científica actual no es fácil”.

 

Ahora, uno se pregunta: “¿Qué hace que una persona acepte como ciertas historias de espíritus?", por su parte, investigadores de la Universidad de Hertfordshire (Reino Unido) examinaron 71 estudios llevados a cabo entre 1980 y 2020 que exploraban los vínculos entre la creencia en fenómenos paranormales y la función cognitiva. Y los crédulos no salen bien parados. La mayoría de los hallazgos sugerían que la aceptación de semejantes ideas está asociada con diferencias o déficits cognitivos.

 

De su totalidad, con 21.000 participantes mayores de 18 años, exploraron una variedad de funciones cognitivas, como la capacidad de razonamiento, el estilo de pensamiento y la memoria.

 

En general, los hallazgos se alinean con la hipótesis de que las creencias en fenómenos paranormales están relacionadas con diferencias o déficits en la función cognitiva. Por ejemplo, se encontró una asociación particularmente consistente entre estas creencias y un estilo de pensamiento intuitivo, un conocimiento adquirido sin haber empleado el análisis o el razonamiento.

 

De esta manera, la revisión halló que, la mayoría de los estudios eran de buena calidad metodológica, especialmente los realizados en los últimos años. Por ejemplo, la mayoría tenía objetivos claros y diseños de estudio apropiados. Sin embargo, el equipo encontró ciertas áreas de mejora; por ejemplo, muchas investigaciones carecían de una discusión sobre sus propias limitaciones metodológicas, y los estudiantes universitarios constituían una gran parte de los participantes de la investigación, lo que significa que los hallazgos pueden no aplicarse necesariamente a la población general.

 

Por último, los autores señalan además que de esta literatura no ha surgido ningún perfil específico de funcionamiento cognitivo para los creyentes paranormales. No obstante, sugieren que la investigación futura podría no solo abordar las debilidades metodológicas que observaron, sino también explorar la posibilidad de que las creencias paranormales puedan estar asociadas con una diferencia de cognición más general, lo que podría ayudar a explicar por qué estudios anteriores han encontrado vínculos con tipos aparentemente dispares de disfunción cognitiva.

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