PANDEMIA JUDICIAL
Enfermero violador es excarcelado y le devuelven su matrícula
En 2006 Jacinto Ponce durmió con pastillas a dos pacientes y las violó. Lo liberaron y podrá volver a trabajar en el marco de la pandemia.
Hilda Sayavedra, tiene 65 años y espero más de una década para que condenen a su abusador. En 2006, tuvieron que internarla de urgencia en el Hospital Evita Pueblo de Berazategui, Provincia de Buenos Aires. Padecía un cuadro de pancreatitis. La noche del 25 de Marzo, Hilda y su compañera de habitación, Alejandra, fueron atendidas por el enfermero Jacinto Ponce, quien las durmió con pastillas y un potente somnífero en el suero.
Alejandra no se había dormido del todo y tenía vagos recuerdos de lo sucedido. Hilda en cambio se desmayó casi automáticamente cuando el líquido entró a su torrente sanguíneo. Pero al despertarse, las dos charlaron y se dieron cuenta de lo que habían sido víctimas.
Las dos mujeres denunciaron el ataque del enfermero y fue condenado en primera y segunda instancia por "abuso sexual con acceso carnal en concurso real con abuso sexual simple reiterado". La defensa de las víctimas y el fiscal del caso habían pedido una pena de entre 18 y 20 años de prisión, pero el juez Lucas Ceou le fijó un leve castigo de 5 años.
Pero la injusticia no quedó ahí, porque mientras duró el recorrido judicial del caso, Ponce nunca fue detenido y siguió trabajando, hasta hace 3 años atrás.
El pasado jueves, Hilda, recibió una notificación sobre el beneficio a Ponce: su abusador recuperó la libertad hace tres meses, por autorización del juez de Quilmes, Federico Merlini, quien además le devolvió su matrícula para que pueda ejercer su profesión.
"Luché sola, peleé mucho por verlo preso, y ahora le dan la libertad y lo autorizan para volver a trabajar como enfermero. ¿Alguien piensa en todas las mujeres que podrían ser víctimas como yo?", se expresaba Hilda, muy furiosa al enterarse la resolución del juez.
Pasaron 11 años para que el hombre fuera condenado, y hoy, 14 años después, Hilda vuelve a ser una víctima, esta vez del sistema.
