El próximo jueves, el tribunal integrado por Diego Fernando Chavarría Ruiz, Carolina González y Mirta Bibiana Ojeda, dará a conocer el veredicto del juicio a Fernando Jara, quien en enero del año pasado mató y decapitó a su padre Orlando, en la vivienda familiar de Zapala. El joven fue juzgado por homicidio agravado por el vínculo, pero bajo circunstancias especiales de atenuación. El fiscal Marcelo Jara pidió su culpabilidad por esa figura mientras que la defensa solicitó su absolución y que se investigue al policía que acudió el día del hecho y no detuvo al padre que amenazó con matar a toda su familia.
El día del asesinato, 26 de enero, Orlando Jara se encontraba alcoholizado. Agredió físicamente a su esposa y amenazó de muerte con un cuchillo a sus hijos. Un patrullero concurrió en una primera instancia a la vivienda y se retiró sin intervenir. Un rato más tarde, la violencia en el hogar de los Jara recrudeció. Los hermanos sacaron a golpes a su padre hasta la calle y uno de ellos, el hoy juzgado Fernando, lo decapitó. Luego se tomó una selfie que le envió a un amigo.
Durante el juicio, los peritos del Poder Judicial trazaron un perfil psicológico tanto del padre como del hijo que abonó la teoría de los defensores Gustavo Lucero y Silvia Fernández Mendaña.
“Esta defensa solicitó la declaración de no responsabilidad porque las pruebas y las declaraciones de los peritos forenses del Poder Judicial –una psicóloga y un psiquiatra- dan cuenta que a partir de la historia de vida de Fernando, los rasgos de su personalidad y las circunstancias del momento, confirman que sabían que el padre los iba a matar, porque se los dijo”, señaló Lucero.
Relató que “cuando (los hermanos) ven llegar un auto y el padre se acerca, ellos se representan que le habían llevado el arma de fuego, (entonces) se representa que tiene que pararlo porque era la vida de él y la de su familia. Y a partir de ese momento se genera una voluntad instintiva de supervivencia por lo que no puede encontrar opciones, no puede detener su comportamiento, las emociones gobiernan la razón no se representa siquiera los resultados lesivos de sus actos, y esto en el derecho penal es considerado como un motivo para eximir de responsabilidad penal a cualquier acusado. Entendemos que no existe delito, con lo cual no tienen que declararlo responsable”.
En su alegato de cierre, la defensa de Fernando Jara pidió que “se inicie una causa penal al policía que estuvo a cargo del procedimiento esa mañana, a quien todo el mundo le pedía que se lleve preso a Jara; Jara estaba lesionado y había amenazas y una situación de riesgo. Este policía sabía que esta familia tenía antecedentes de violencia y sin embargo nada hizo. Si lo hubiera demorado y llevado a la comisaría, al menos por ese día, no hubiéramos tenido un muerto”.
El fiscal Marcelo Jara no puso en duda la triste historia de violencia que ejerció Orlando Jara a toda su familia. Sin embargo, dijo no estar dispuesto a justificar el asesinato. Dijo en su alegato que "escuchamos acá que Fermín Orlando Jara, un padre, fue víctima de una conducta dolosa intencional de parte de su hijo Fernando. Escucharon a Hilda, la mujer víctima de violencia de género, escucharon a Matías y Diego, que fueron víctimas de violencia. Ahora bien, esta violencia que sufrieron y ventilaron en este juicio, según sus dichos, de forma constante y hace muchos años. ¿Esta violencia justifica a Fernando dar muerte a su padre? La respuesta es no".
Y por ello solicitó que se lo declare penalmente responsable de homicidio calificado por el vínculo bajo circunstancias atenuantes.
Un juicio por idéntica figura penal se desarrolló días atrás en Neuquén, a la cabo policial Claudia Mardones por asesinar a su pareja, el también policía Fabián Pinochet, en un contexto de violencia. Un tribunal la condenó a once años y seis meses de prisión.