Desde este viernes a la mañana, cinco policías de la provincia de Río Negro quedaron detenidos por el crimen de Jorge Gatica en la comisaría 45 de Cipolletti: Gastón Moraga, Walter Carrizo y Andrea Henríquez -prisión domiciliaria-, Alcides Quintrel y Jorge Sosa, permanecerán en la sede de la Policía Federal de Neuquén, hasta el 23 de enero. Luego, serán trasladados a un centro de entrenamiento policial en Allen.
Todos los agentes están acusados de una "terrible tortura seguida de muerte". Este sábado al mediodía cerca del mediodía se llevo a cabo la audiencia de formulación de cargos. Allí, la fiscalía señaló que la víctima, "tras ser detenida por el hurto de chorizos a una despensa del barrio Anai Mapu, recibió más de 50 golpes en diversas partes de su cuerpo durante su estadía en la sede policial, hasta que finalmente terminó falleciendo".
"La verdad estamos viviendo un momento muy feo, nunca me hubiese gustado ver a mi hijo en un ataúd, y como me lo dejó la policía. No hay una parte de su cuerpo que no esté golpeado, le reventaron los riñones y los testículos a patadas. Al lado de uno de sus oídos tiene una mordedura. Yo saque fotos de como me lo dejaron, me lo destrozaron mal los policías de Río Negro. No se merecía que haya partido así", dijo aún conmocionado David Gatica, padre de la víctima, en diálogo con La Primera Mañana, por AM550.
Según señaló la fiscalía, la víctima, tras ser detenida por el hurto de chorizos a una despensa del barrio Anai Mapu, recibió más de 50 golpes en diversas partes de su cuerpo durante su estadía en la sede policial, hasta que finalmente terminó falleciendo.
"La fiscal comenzó a investigar el hecho y citó a Carrizo y Henríquez, dos de los policía involucrado, a la dependencia policial y recién ahí quedan detenidos ambos. Por eso mismo, la primera lectura que tenemos nosotros es que siempre -los agentes-, han estado dispuestos a cooperar con esta investigación. Esto también lo demostraron en la audiencia", afirmó Federico Diorio, abogado defensor.
Con respecto a Walter Carrizo, el letrado sostuvo que en el "momento de la golpiza el oficial se encontraba literalmente en la puerta de ingreso de la Comisaría, el ni siquiera se anotició de lo que había pasado", y agregó que el ataque a Gatica tuvo lugar en uno de los sectores: "Son dos casa de un plan de vivienda que derribaron una parte y luego las unieron. Es decir él estaba en una casa y esto sucedía en una contigua. Es una dependencia que no tiene calabozos".
Asimismo, continuó en la misma línea: Es un lugar que no está preparado para tener gente detenida, por eso "ellos -la policía-, le llaman ´´La Cuadra´´; el lugar donde comen y pasan los momentos de ´´recreación´´. La golpiza la efectuó Sosa".
Después de la intervención de la fiscalía y la contraparte de la defensa, tres de los policías imputados pidieron la palabra, empezando por la policía Henríquez, quién tal vez, fue la que más información aportó, en un testimonio entrecortado en varias ocasiones por su llanto. La imputada aseguró que ella no se encontraba en la comisaría durante la golpiza a Gatica, ya que había salido a atender un accidente de tránsito junto con otros compañeros.
Al momento del crimen con la brutal paliza que recibió Gatica en esa vivienda, y ante la pregunta del periodista Agustín Amado con respecto a los vecinos y los ´´ruidos que se podrían haber sentido´´, Rubén Antiguala, abogado querellante, afirmó que "el lugar tiene puertas intermedias cerradas, por eso no se escuchó. Anteriormente hubo unas entrevistas, y los imputados contaron determinados hechos que sucedieron, y después se le dio la oportunidad de declarar en la formulación de cargos. Para mí, como querella, dijeron unas cosas antes y otras después, y esto no aclara mucho de lo que realmente sucedió".
Cabe remarcar, que tres de los policías imputados fueron los que pidieron la palabra, empezando por la policía Andrea Henríquez, quién tal vez, fue la que más información aportó, en un testimonio entrecortado en varias ocasiones por su llanto. La imputada aseguró que ella no se encontraba en la comisaría durante la golpiza a Gatica, ya que había salido a atender un accidente de tránsito junto con otros compañeros.
Al volver a la dependencia, mencionó Henríquez, se encontró a uno de los efectivos, precisamente a Sosa, posando encima de la víctima, apretandole la zona del pecho con su rodilla. Ante eso, la efectiva indicó que le pidió que parara y se quitara de arriba del detenido. "Al salir, le pegó una patada en la zona de las costillas", añadió.
En su relato, la oficial también comentó que antes de volver a salir de la comisaría, observó que si bien la víctima no hablaba, se encontraba en buen estado en general, por lo que le restó gravedad a la situación. No obstante, pasada la medianoche, Henríquez relató que recibió un llamado de Carrizo, otro de los imputados, en la que este le solicitó que pidiera una ambulancia para el detenido, al cual le estaban realizando tareas de RCP.
El segundo en declarar fue Carrizo, el autor de la llamada que exigía la atención para Gatica. El oficial de la Policía rionegrina indicó que fue quien le realizó las tareas de reanimación a la víctima y el último en verlo todavía con vida. Luego de algunos forcejeos al llegar a la dependencia policial, comentó que decidió esposarlo, algo que más tarde terminó modificando, ya que el detenido se quejaba mucho de un dolor en la zona de las costillas.
Tras ser designado como custodio de Gatica, el policía reiteró que en varias ocasiones le pidió que se "quedara tranquilo", debido a que todo era un procedimiento de rutina y no llevaría demasiado tiempo más. Poco tiempo después, un visiblemente emocionado Carrizo manifestó que notó que el detenido no respiraba más, por lo que rápidamente le inició maniobras de reanimación.
Mientras que el último en declarar fue el oficial, Gastón Moraga. Recordó que observó al detenido en buenas condiciones en general al momento de ser detenido y sostuvo que al volver a la comisaría tras su detención, se dispuso a labrar las actas y procedimientos policiales del caso. Un rato después, dijo que la oficial Henríquez ingresó a la oficina donde estaba él para comentarle que dejaría al detenido a cargo de Carrizo, ya que Sosa le había propinado varios golpes.