El primer alegato final que se escuchó en la última audiencia del juicio por la desaparición y crimen de Otoño Uriarte, fue el de la fiscal Jefa Teresa Giuffrida que solicitó la culpabilidad de los cuatro acusados. Hizo referencia a la bicicleta como prueba clave que evidencia un plan para secuestrar y atacar a la joven de 16 años, el 23 de octubre de 2006.
La fiscal a cargo de la querella, ratificó la acusación contra los cuatro imputados: Néstor Cau, José Jafri, Maximiliano Lagos y Germán Antilaf. Los señaló como coautores del delito de privación ilegítima de la libertad, agravada por la participación de tres o más persona, por la edad de la víctima (16 años) y que la muerte fue intencional.
Giuffrida detalló cómo la joven, el 23 de octubre de 2006, salió de su casa junto a su hermano para dirigirse a la escuela. Iba en una bicicleta roja, ya que la habitual, una azul, se encontraba pinchada. Se comprobó por testimonios que la dejó en casa de su amiga Ercilia.
Esta versión, según la fiscal, se mantuvo firme y sin contradicciones, reforzando la hipótesis de que la bicicleta no fue un simple objeto perdido, sino una pieza clave en el rompecabezas de la desaparición de Otoño.
Lo más inquietante, señaló Giuffrida, fue que al finalizar el día, la bicicleta ya no estaba en la casa de Ercilia. La fiscal explicó que este hecho evidencia que Otoño nunca regresó a su hogar esa noche. La desaparición de la bicicleta fue el primer indicio de un ataque planificado y coordinado: fue interceptada mientras caminaba hacia su casa en la zona de chacras.
A lo largo de su intervención, Giuffrida reconstruyó los últimos movimientos de Otoño con minuciosidad. Después de la jornada escolar, la joven fue a la casa de Adriana Salamanca, donde almorzó y pasó la tarde con amigos. A las 21 horas, salió de vóley y se encontró con su novio, Federico Saavedra. Estuvieron juntos alrededor de una hora y media, y él la acompañó parcialmente en su regreso a casa, dejándola cerca de la cooperativa, donde Otoño debía pasar a buscar su bicicleta.
Sin embargo, la fiscal subrayó que la joven nunca logró recuperar el rodado. A las 23:30, testigos la vieron caminando sola por la pista de atletismo, con destino a la casa de Ercilia. Al llegar, la bicicleta ya no estaba. Para la fiscalía, este detalle confirma la teoría de un plan meticuloso y coordinado para capturar a Otoño en ese camino rural, oscuro y poco transitado, un lugar ideal para llevar a cabo el crimen sin ser vistos.
La desaparición de la joven y su posterior hallazgo sin vida en el canal principal de riego, seis meses después, según la fiscal, refuerzan la hipótesis de que Otoño fue víctima de un crimen cuidadosamente orquestado, en el que la bicicleta juega un papel fundamental como indicio de la intención de los imputados.
Giuffrida cerró su alegato reafirmando que la desaparición de Otoño no fue un hecho aislado, sino el resultado de un plan premeditado que llevó a la joven a una muerte trágica y cruel.
La representante de la familia coincidió con fiscalía
Cómo es su costumbre, la abogada que representa al padre de Otoño, Roberto Uriarte, coincidió con la acusación de la fiscalía. Para Gabriela Prokopiw, la intención "fue el acoso" y recordó que varios testimonios indicaron que los acusados "les decían cosas" y que eso se convierte en un "primer indicio de culpabilidad".
La profesional hizo referencia al comportamiento de los acusados que "intentaron ocultar y simular, disfrazar la verdad". Reconoció que "no se determinó dónde la tuvieron cautiva" y que tampoco cómo la mataron, pero por suma de indicios los acusados pueden ser condenados.
Las defensas harán foco en las enormes dudas sobre la desaparición y muerte de Otoño
El Tribunal de juicio está compuesto por María Florencia Caruso Martín, Juan Pedro Puntel y Amorina Liliana Sánchez Merlo, ya escuchó los alegatos de la querella está representada, por la fiscal Jefa Giuffrida y la abogada particular Prokopiw. En tanto que poco después del mediodía comenzó el alegato de los defensores de los cuatro acusados. Todos tienen profesionales contratados: Néstor Cau, es asistido por Marcelo Caraballo; Maximiliano Lagos, Gustavo Lucero y Manuela Castro; Germán Antilaf, por Carlos Vila; y José Jafri, por Rubén Antiguala.
El abogado Lucero, pidió la no culpabilidad de su cliente y la correspondiente absolución. Tomó palabras del padre de Otoño, quien apuntó contra el poder político y judicial: "No manifestó enojo contra los acusados". Se lamentó de que nadie haya convocado a declarar al jefe de Fiscales Santiago Márquez Gauna, ex secretario de la jueza destituida María del Carmen García García. "En el proceso laboral de la jueza, reconoció que había una doble investigación", remarcó.
Hizo referencia a que el propio perito de la familia, Enrique Prueger aseguró que había indicios de trata de personas, pero que nunca fueron investigados de manera debida. Y reclamó que se inicie un proceso Otoño II, en el que se evalúen las responsabilidades de todos los que actuaron.
Luego de Lucero habló su cliente, Lagos, quien afirmó de manera breve, que "no tengo nada que ver" con el caso Otoño Uriarte.
Vila, el defensor de Antilaf, puso en duda la principal.prueba que tiene la querella, que es el trabajo de los perros adiestrados de la Policía de Río Negro, quien es en varias oportunidades marcaron rastros de los acusados en un nylon utilizado para descartar el cuerpo de Otoño.
Cuestionó que casi un año después de la aparición del cuerpo en el Canal Principal se hizo una pericia y el rastro guió los perros hacia la chacra de Jafri y Cau.
Al término, el Gato Antilaf volvió a reclamar su inocencia y le dijo a la fiscal Giuffrida que "esta vez acusó a la persona equivocada".