A dos años del asesinato de Pablo Córdoba, el soldado que apareció con dos disparos en la cabeza mientras cumplía guardia en el Grupo de Artillería 16 el 1 de junio del 2023, sus padres, amigos y allegados marcharán reclamando justicia.
“Nos reuniremos a las 17, en la explanada municipal de Zapala, y marcharemos hacia las puertas del Ejército. Será de manera pacífica, pero con un grito enérgico para buscar Justicia” dijo Natalia Uribe, la madre del joven, en diálogo con “Informe semanal”, por AM 550.
Además se mostró esperanzada porque tras la salida del juez federal de Roca, Hugo Horacio Greca, se incorporó un nuevo magistrado que prometió esclarecer lo ocurrido.
Es que durante la titularidad de Greca pasaron 21 meses sin que existiese ningún avance en la investigación. “Fue vergonzoso. Esperemos que ahora realmente haya avances” dijo Uribe.
Sin embargo la mujer se mostró disconforme con los resultados de la reunión que el año pasado mantuvo con la ministra de seguridad nacional Patricia Bullrich, a la que le pidió su intercesión para lograr echar luz sobre el caso.
Promesas incumplidas
“La verdad que no cumplió lo que prometió. Dijo que su equipo de abogados iba a estudiar la causa, que ofrecería peritos y un montón de cosas que no se cumplieron. Eso nos hizo sufrir un desgaste, más allá del que veníamos sufriendo. De ese encuentro no sacamos absolutamente nada” lamentó.
Por último también brindó su opinión sobre el anuncio del gobierno nacional, vinculado a la ampliación del Servicio Militar Voluntario para personas de entre 18 y 28 años. Con el objetivo, según anunció el vocero presidencial Manuel Adorni, de transmitir “los altos valores de las fuerzas armadas: esfuerzo, valor, disciplina y amor por la Nación”.
“Me dio repugnancia saber que hicieron de cuenta de que no pasó nada. Ellos como autoridad nacional están al tanto de lo que pasó acá, con mi hijo. Y merecemos Justicia” remarcó.
Las declaraciones de Uribe están relacionadas con el cuestionable rol del Ejército en el asesinato de su hijo, y en el afán de tratar de plantear que se trató de un suicidio.
Cabe recordar que el fusil que fue hallado junto al soldado baleado no tenía huellas. Algunos testigos dijeron que estaba sobre su cuerpo, y otros a un costado. El cargador fue hallado fuera de su lugar, y las pericias demostraron que no se sale por accidente.
En las manos del joven no había pólvora. Por otra parte la escena del crimen no fue preservada, el personal de la Policía Federal que intervino en las primeras horas no tenía conocimientos de Criminalística y el juez hizo una inspección ocular 40 días después.
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