Arrancó el juicio que puede reconfigurar el mapa político de Neuquén
Este lunes se puso en marcha el juicio oral por una de las causas de corrupción más grandes que se hayan investigado en la provincia. Se trata de una megacausa que involucra a exfuncionarios, punteros políticos y operadores que, según la fiscalía, integraron una asociación ilícita para desviar fondos públicos.
La investigación surgió hace tres años y apuntó directamente al manejo de programas sociales en sectores vulnerables. Según se denunció, las partidas presupuestarias asignadas para contener la pobreza fueron redireccionadas con fines personales y políticos.
El caso no solo tiene impacto judicial: expone con crudeza una trama de vínculos entre recursos del Estado y estructuras partidarias. La acusación compromete a figuras con peso territorial y abre un debate incómodo en la política neuquina.
Maniobras dilatorias y demoras en el inicio del proceso
Aunque la audiencia estaba prevista para las 8:30, recién pasadas las 11 comenzó el alegato de apertura. Las demoras se debieron a múltiples planteos por parte de las defensas. Uno de los imputados, Fernando Cardozo Regidor, fue autorizado a participar por Zoom.
Alfredo Cury, también acusado y a la vez defensor, presentó un pedido de suspensión del juicio en su contra. Argumentó que aún persisten cuestiones sin resolver, entre ellas la recusación del juez Juan Guaita, quien finalmente integra el tribunal pero no lo preside.
Además, el abogado Elio García llegó media hora más tarde de lo establecido, lo que obligó a postergar aún más el inicio. Este escenario mostró desde el arranque la complejidad del proceso, en el que se anticipan tensiones judiciales, políticas y mediáticas.
La acusación que incomoda al poder: fondos para punteros del MPN
El fiscal jefe de Delitos Económicos, Pablo Vignaroli, y el fiscal de caso Juan Manuel Narváez, fueron categóricos: el dinero desviado tenía un doble objetivo. Por un lado, el enriquecimiento personal de los involucrados. Por el otro, el financiamiento de punteros del Movimiento Popular Neuquino.
Durante el alegato inicial, Vignaroli describió a los imputados como un grupo de personas que se aprovechó de su acceso a los recursos estatales para manipular planes sociales. Según explicó, existió un acuerdo tácito o explícito para defraudar al Estado provincial.
Esa afirmación golpea de lleno al partido que gobernó Neuquén durante más de 60 años. No se trata solo de delitos económicos, sino de una práctica que habría servido para sostener la estructura clientelar en los barrios. El juicio podría poner en evidencia un mecanismo sistémico de uso de recursos públicos con fines partidarios.
Más de mil millones de pesos en juego y una lista de testigos interminable
El cálculo actualizado del perjuicio económico alcanza los $1.133.790.340,16. La cifra fue presentada por la fiscalía en la primera jornada del juicio. Representa una estafa de proporciones inéditas en la historia reciente de la provincia.
La causa incluye el uso fraudulento de tarjetas de débito, beneficiarios fantasma, extracción de dinero en efectivo y desvío sistemático de fondos. Los fiscales aseguran que podrán demostrar cómo se ejecutó la maniobra a través de pruebas documentales y testimoniales.
Para eso se citaron más de 200 testigos que irán desfilando durante los próximos meses. El proceso será largo, pero cada audiencia podría arrojar nuevas revelaciones sobre cómo se construyó y operó esta red de corrupción institucionalizada.
Un juicio que impacta en pleno reacomodamiento político
El proceso judicial no se da en un contexto neutro. El MPN atraviesa una etapa de reconfiguración tras haber perdido la gobernación por primera vez en décadas. Las declaraciones de la fiscalía llegan en un momento de sensibilidad extrema.
Cada dato que surja del juicio puede alterar el escenario interno del partido, tensionar alianzas y dejar expuestos a quienes aún hoy ocupan espacios de poder. El costo político de esta causa podría extenderse más allá de los 14 imputados.
Mientras tanto, sectores opositores ya comenzaron a usar el caso como bandera. La causa promete reavivar la grieta política neuquina, no solo por lo que pasó, sino por lo que aún podría revelarse.