"La gente asocia comida a nutrientes o calorías. Eso es así. La comida es un rito de pasaje. Nacemos, nos bautizan con comida, nos entierran con comida, nos casamos con comida, nos graduamos con comida, cumplimos años con comida. La comida es un logro, perdónenme, sencillo", explicó la médica especialista en Nutrición, Mónica Katz, en diálogo con Mejor Informado.
Ejemplificó su postura con el pan de masa madre que tanto se difundió durante la pandemia. "Cuando estábamos encerrados, todo el mundo se pasaba la receta del pan de masa madre. La verdad, yo no digo que los que amasan pan de masa madre no trabajen, pero es un logro personal mucho más complejo que ser comunicador o médica o docente, la verdad. Lo veo: el pan leva, lo sacás del horno y la gente lo come", reflexionó la nutricionista, autora de los libros "El método no dieta", "Somos lo que comemos" y "Eso no se come".
Sostuvo que el alimento es un regulador emocional, es una fuente de placer porque es la actividad humana "en la que más pasamos tiempo y gastamos dinero". "Es una de las actividades humanas que más tiempo nos lleva. No solo comer, sino comprar, preparar, trasladar, transportar, cocinar, recalentar, etcétera. La comida es mucho más que poner nutrientes y calorías", subrayó la Fundadora del Equipo de Trastornos Alimentarios del Hospital Municipal Dr. Carlos G. Durand.
Consultada por qué lleva tanto tiempo preparar las comidas y organizarnos con la logística, la nutricionista respondió: "Porque antes de los métodos modernos de transporte y refrigeración, vos y yo hubiéramos comido lo que teníamos en la huerta y de estación. Y en tu región. No es lo mismo si vivís en Okinawa —sur de Japón, un clima como Hawái— que en Argentina o Uruguay, que tienen estaciones muy marcadas".
Destacó la aparición de la refrigeración y el transporte, por lo tanto la gente "elige lo que come, los que pueden". "Eso ya complejizó la comida. Porque antes no te lo preguntabas: cosechabas papa y era papa. Y si tenías tomate y lechuga, era eso. Pero ahora vas a la verdulería y la libertad es complicada. Se complejiza mucho. Y ni hablar cuando la comida pasa a ser una meta-religión".
Con respecto al término "meta religión", Katz describió que "en un clima de postmodernidad, que tiene muchas características, una de ellas es el rechazo al racionalismo. No importa la evidencia, importa lo emocional. Así que hay populismos, hay gurúes que son para matarlos, y hay influencers que están matando gente en todo sentido: emocional y corporalmente. Cuando la comida se transforma en una meta-religión, es complicado. Porque antes venía gente y decía: 'Tengo diabetes' y le preocupaba el azúcar. 'Tengo enfermedad cardiovascular o renal' y le preocupaba el sodio. 'Tengo intolerancia a la lactosa', le preocupaba el lácteo".
Katz sostuvo que actualmente, "en este clima postmoderno en el que la comida es una meta-religión", no importa lo que diga la evidencia: "lo compra igual". "Porque lo que comés es un recurso identitario. Lo que comés te define, te coloca en un sector de la cultura, en un nivel socioeconómico. Te agrega identidad. Y a mí eso me tiene preocupada", concluyó.