El destino de Emiliano Gatti, el otrora reconocido conductor del noticiero de Canal 10 durante varias décadas, parece sellado. De ser una de las caras más reconocidas del periodismo televisivo en Río Negro, sin más maniobras dilatorias, su detención es inminente, con una sentencia de seis años sobre su espalda y un fallo del Superior Tribunal de Justicia (STJ) que le cierra prácticamente todas las puertas a la impunidad. Aunque aún puede recurrir a la Corte Suprema de Justicia.
El STJ de Río Negro rechazó el recurso de queja presentado por su defensa, argumentando que el pedido de revisión fue presentado fuera de término. Con esta decisión, la Justicia provincial dejó en claro que Gatti debe cumplir su condena, y su detención debería ser solo cuestión de tiempo.
en las próximas horas, desde el Ministerio Público junto con la abogada querellante, Gabriela Prokopiw, pedirán una audiencia para solicitar la detención inmediata del periodista, que se mudó a Bahía Blanca tras el escandalo. Luego de la sentencia en su contra, y ante la negativa de ordenarle la prisión preventiva, le colocaron una tobillera electrónica que controla por GPS sus movimientos. La defensa, liderada por Marcelo Hertzriken Velazco y Joaquín Hertzriken Catena, agotaron todos los recursos provinciales, dejando como única alternativa un pedido ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN), un último intento desesperado que difícilmente frene lo inevitable.
Los cambios introducidos en el Código Procesal de Río Negro dictaminan que los condenados con penas de cárcelefectiva, que recurran a la CSJN, deben cumplir prisión preventiva mientras se resuelve su situación. Además, las partes acusadoras pueden solicitar la detención de un condenado cuando la sentencia haya agotado las instancias provinciales.
Emiliano Gatti: Un ícono caído en desgracia
Gatti fue hallado culpable de facilitar y distribuir al menos 50 videos con contenido de abuso sexual infantil, en los que se identificaron menores de 13 años (en su gran mayoría eran bebés menores de 2 años). Su imagen pública se desplomó cuando, en noviembre de 2022, un operativo originado por un alerta internacional, denominado Red Federal en Alerta, lo puso en la mira de la Justicia. Se rastreó la dirección IP desde la que se compartían videos de abusos a bebés y se dio con el departamento donde vivía Gatti. Tras el allanamiento, el periodista fue detenido, pero solo por unas horas. Desde entonces, está libre. A las pocas semnas pidió autorización para mudarse a Bahía Blanca por miedo. Después de ser condenado, le colocaron una tobillera electrónica con la que monitorean sus movimientos por GPS.
En diciembre de 2024, un Tribunal de Impugnación confirmó cada punto de la condena dictada por un Tribunal de Roca, reafirmando los seis años de prisión. Con el reciente fallo del STJ, la Justicia provincial dio un paso decisivo: Gatti agotó sus oportunidades y, más temprano que tarde, deberá ingresar en prisión.