Golpeó a su pareja con una silla, en la cabeza, delante de sus hijos pequeños. La mujer intentó escapar, desangrándose, con los niños a bordo del auto. Pero no llegó lejos: se desvaneció al volante, y fueron los chicos —descalzos, llorando, uno sin remera— quienes salieron a la ruta a pedir ayuda. La intervención policial fue inmediata. El agresor fue detenido. Pero en cuestión de horas, la Justicia lo dejó en libertad.
El hecho ocurrió en la zona rural de Roca, dentro del predio del vivero municipal, donde el hombre vivía junto a la víctima y sus hijos. Según la fiscal Victoria Bou Abdo, el ataque se desató en plena madrugada. La mujer intentó huir con los niños, luego un golpe certero con una silla que la hizo caer. Aun herida, logró cargar a los chicos en el vehículo, hasta que el cuerpo le dijo basta.
La escena siguiente conmueve: los niños bajando del auto, solos, en plena oscuridad, buscando auxilio. Un automovilista los vio, frenó y llamó al 911. En minutos llegaron los efectivos de la Comisaría 48° de Mosconi.
La mujer fue asistida, el agresor, detenido. Presentaba lesiones compatibles con una pelea. Y ante la Justicia, no negó lo ocurrido. Al contrario, lo admitió con una frase escalofriante: “Hace mucho que no me pasaba”.
Con estos elementos, la fiscalía imputó al hombre por lesiones leves y amenazas, todo agravado por el contexto de violencia de género. Solicitó la prisión preventiva, argumentando el peligro evidente para la víctima y los menores. Pero el juez de Garantías, Maximiliano Camarda no la concedió.
Fundamentó su decisión en la “falta de antecedentes” del acusado y lo dejó libre, con medidas de restricción. Además, prohibió la publicacion de su nombre y la foto, para no revictimizar a la mujer y proteger a los niños.
El municipio de Roca aún no se expidió sobre la situación del trabajador quien se desempeñaba en el vivero y habitaba en una casa que está dentro del predio.