BARRERA SANITARIA

Pese a los controles, el contrabando de carne es un pingüe negocio

Cada tanto se interviene algún cargamento de asado. Pero es innegable la existencia de un mercado negro muy redituable.
sábado, 18 de julio de 2020 · 10:39

Mientras es cierto y mensurable que se hacen controles en accesos a la provincia, en las rutas, y en comercios e instalaciones de depósito de las distintas localidades, también es evidente que hay un mercado negro, esencialmente de carne vacuna, que hace circular por las carnicerías neuquinas carne de contrabando, mayormente proveniente de La Pampa.

Cada tanto, un cargamento es detectado, como pasó en las últimas horas en una intervención que hizo el CIPPA en conjunto con bromatología de la municipalidad capitalina. Fueron 63 costillares, una cantidad que, según reconoció este mismo sábado Ianina Bascur, la titular del organismo de control provincial, ha sido “el más importante (no el único) detectado en la larga cuarentena por la pandemia de coronavirus.

El asado sigue pasando, desde La Pampa, hacia Neuquén y Río Negro. Hay una complicidad implícita e incluso tolerada. Aun en tiempos de restricciones como los actuales, que prohíben expresamente el “asado social” (las reuniones), se ha mantenido firme el consumo en Neuquén. Las carnicerías han tenido alguna merma de ventas, que ha tenido que ver más con los precios que con el coronavirus; pero han seguido trabajando a buen ritmo. Muchas de esas carnicerías reciben asado desde La Pampa. Esto quiere decir, a menor precio que el del mercado local, sin papeles, sin IVA, y -se supone- sin el resguardo sanitario exigido para el traslado.

Este ha sido, y es, el negocio vinculado a la barrera sanitaria del Senasa. Todo el mundo se llena la boca con la justicia de la medida sanitaria para preservar el estatus de libre de aftosa de esta parte de la Patagonia; pero, al mismo tiempo, nadie explica cómo se sostiene un consumo de asado con hueso que, a todas luces, no es posible satisfacer solo con la producción al sur del río Colorado.

Este tema se ha hablado una y mil veces. No puede decirse que no haya controles. Controles hay. De hecho, Bascur informó este sábado al programa Neuquén País, por AM 550, que se está trabajando en coordinación firme con Senasa, Tránsito, bromatología de los distintos municipios, y, por supuesto, el CIPPA. Todo ese esfuerzo estatal en el control es cierto. Pero también es cierto que el asado con hueso está presente en todos los comercios, y esta realidad, innegable, contrasta con aquel rigor del principio de la barrera sanitaria, cuando había que consumir, a regañadientes, asado sin hueso, una triste parodia gastronómica de costillas virtuales.

Un porcentaje importante, imposible de mensurar en concreto, es de contrabando. Es una realidad tolerada, aunque no admitida. Sería bueno sincerar y dejar de lado el autoengaño.

 

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