Lanzamiento
La hermosa cantimplora de viaje de Romina
¿Saben que los libros respiran? A algunos hasta les pasan cosas extrañas. Romina Olivero nos habla de esto y de otras cosas que son igualmente mágicas.Romina Olivero se recuerda como “una de esas nenas que iba a la biblioteca en el recreo” y se describe como quien pudo “escuchar muchas voces de poetas”. Ella es la artista que acaba de lanzar “Vaivén de agua”, una obra poética a la que “le pasaban cosas extrañas” y nos las cuenta en una entrevista que despierta tantos suspiros como sonrisas apenas dibujadas.
¿Cómo es tu camino en la poesía?
Me decís camino y enseguida pienso desde lo cartográfico, mi cabeza imagina un sendero no muy estrecho (siempre me gustó leer poesía con otros), que tenga lugar para que anden varias personas.
A los costados hay muchas plantas, diferentes paisajes que también son bibliotecas, rostros y además suena, sí: es un camino muy sonoro. Tuve la suerte de un libro de (Federico García) Lorca cuando chica que me explotó en las manos, esa intriga se volvió ruleta de otras suertes como la escuela llena de libros. Fui de esas nenas que iban a la biblioteca en el recreo, quería estar ahí cerquita, como lo del fogón en invierno.
Se fue modificando en su curso este camino, escalones difíciles, desafíos entrenados con la Profesora en Letras Marité Corbera (hoy mi amiga), piedras enormes en los estudios superiores, remansos del gusto, descansos de sol en las preguntas de la filosofía y la fortuna del oído. Pude escuchar muchas voces de poetas, eso es cantimplora de viaje.
Llevanos al instante en que supiste que estaba naciendo “Vaivén del Agua”.
Hojas impresas en el piso (tan analógica), abandono de veintitrés poemas que no podían estar en este grupo, peleas con el capricho, té con limón, silencio de dispositivos, la mañana tempranita por supuesto.
Este libro era otra cosa, empezó a escribirse hace años sin ningún programa, era un corpus de texto. A medida que me animé a leer algunos, se fueron poniendo más posibles. Los quise cuidar para que no se borroneen entre sí, impresos ya sabían en qué pila tenían que ir. Después me encontré con la voz que dialoga con los poemas centrales del vaivén. A ese libro le pasaban cosas extrañas:
“un acto de rigurosa sinceridad
que revista al lenguaje mismo con el dilema de lo oportuno
o no
un libro indeciso” (pág. 16)
“temblores del agua en energía
sí
tiembla
este es un libro que tiembla” (pág. 25)
“escribir un libro confundido
pobrecito
imagina paralelos” (pág. 31)
El mensaje de la poesía nunca es uno solo, ¿qué mensajes guarda “Vaivén del Agua”? Dicho de otro modo, ¿qué puertas nos abrís con la obra?
¿Estás pensando en esas puertas vaivén? Son lindas, ¿eh? No tienen cerrojo, ¿te diste cuenta? Nadie tiene la llave, ni existe, eso me entusiasma – leer así. “Vaivén” tiene remarcadas en negrita palabras clave para leyentes que quieran enfocar ahí, son palabras del agua.
Quién dice el agua, desde dónde, para qué, quiénes pueden vivirla, quiénes pueden usarla, quiénes la negocian, cómo se estropea, lo que nutre, lo que enferma, lo que despierta, lo que está en nuestro interior. Decir agua hoy es pensar político, atrás quedó la película de ciencia ficción apocalíptica de las guerras por los recursos naturales, está pasando ahora.
“entonces
se dirá tantas veces el agua
como sea necesario” (pág. 18)
Entiendo que no fue obra de la pandemia pero, ¿estuvo atravesado por ella? En tal caso, ¿cómo?
Es una mezcla, hay textos de 2018 a 2020 año en el que la poeta Aixa Rava me propuso publicar “Vaivén del agua” con Tanta Ceniza editora. Lo revisé en pandemia y creo que la voz del libro apareció en ese tiempo en el que estuve muy cerca de mi biblioteca personal. Admito que sentí respirar los ejemplares en ese tiempo. Creo que cuando no los miro conversan entre ellos, entonces cambian de lugar para estarse cerca y después es imposible para mí encontrarlos.
Aixa es una editora poeta, tiene dos lupas por ojos, en sus orejas funciona un estímulo extra, cerca del pecho tiene una manija que no se detiene, en la nuca una bandeja extraíble y recargable de paciencia (cambié, incorporé, modifiqué el libro hasta el último mes del 2021 y ella me acompañó con templanza sensitiva). Entiendo que Aixa tiene antenas porque agarra otras frecuencias.
Como verás, Tanta Ceniza Editora es una casa amable, llena de gente como Luisina Paez Eberhardt que se puso a leer el libro en clave de dibujo, entonces sus ilustraciones cuentan una lectura. Lola Halfon, poeta de Bariloche le tira envión al vaivén y a su vez se asoma ya que el próximo libro de Tantaceniza es de su autoría: “Todavía hay fuga” se va a llamar, ¿no es muy lindo ese título? A mí me lo parece. Bueno, de todo hacemos con lo de vivir, nos gusta estar juntas y leer.
Hablemos del agua, contame los porqués del agua.
llevamos restos de aurora en el caparazón
pensamos que alcanzaría
ya ni la luna se vuelve rosada una vez por año
en retiro observamos las risas niñas de la siesta
el tamaño de este olvido profuso
cuarzos en la garganta del horror cotidiano
tapiz de hielo y espanto
en las calles vacías del hambre despierta
no gana una palabra ni dos
cuando gritan los estómagos
no espanta la miseria en cuchillo casero
ni expedientes dormidos abultajes de la desidia
llevamos restos de aurora en el caparazón
pero nunca alcanzan
resbalan los líquidos espesos de la duda
el aire no es suficiente para todos
y el agua
se acabó
¿habrá algo permanente
como la duda?
(pág. 48)
Romina Olivero nos cuenta cómo respiran sus libros. Nos abrió una puerta vaivén; quién sabe con qué mundos nos conectará. Poco importa. Nos quedamos con la voz del libro que apareció en pandemia y se despliega en el conmovedor otoño patagónico.
Libro disponible en Malapalabra - Casa Librera.