La empresa de disposición de residuos que operaba en el Parque Industrial de la ciudad de Plaza Huincul continúa en estado de abandono y sin controles constatables por parte del municipio local. Las medidas de seguridad y la cantidad y especificidad de material desechado diariamente durante años son una incógnita para la prensa y la opinión pública.
Sin embargo, hace un par de años, desde la Secretaría de Medio Ambiente de la provincia se tomaron medidas tendientes a tratar de sanear las tierras del extenso predio, algo enmarcado en el llamado “Programa de Saneamiento de Pasivos Ambientales”, dentro del proceso de quiebra ordenada por el Juzgado Comercial N°2, Secretaría N°4 de CABA y la designación de la Subsecretaría de Ambiente en su rol de Depositaria Judicial.
Si bien esto requirió un análisis del estado de situación en cuanto al tipo y cantidad de residuos allí almacenados sin tratamiento, también la identificación de los responsables de esos residuos como generadores y la ejecución de esas tareas, fueron parte de una serie de trabajos de la Subsecretaría de Ambiente, que comenzaron en 2020 con el retiro parcial de algunos materiales y la evaluación de otros, pero sin ninguna comunicación oficial desde entonces.
Aparte de inquirir sobre los propietarios de la firma proveniente del Gran Buenos Aires, aún existe hermetismo en el ente intermunicipal ENIM sobre el destino de un préstamo por casi 20 millones hace casi diez años.
La situación de E.E.T. (El Emporio del Tanque), es cuanto menos controversial, ya que desde la mirada de no pocos técnicos especializados de las empresas petroleras del sector, existe la presunción de una verdadera «catástrofe» en materia de contaminación ambiental en las márgenes del Parque Industrial de Plaza Huincul.
A su vez, las fotografías aéreas muestran el grado de crecimiento que tuvo la empresa en dos años (de 2010 a 2012), en cuanto a la extensión de su predio. Hace unos 12 años un importante incendio tuvo lugar en sus instalaciones, y a partir de entonces la factoría ya no volvería a operar con toda su plantilla laboral, teniendo problemas de pagos a sus empleados y a proveedores.
Hoy, la firma se encuentra en quiebra y sus galpones y oficinas abandonadas. Las millonarias sumas del ENIM no habrían bastado para que un horno pirolítico especial pudiera ser traído desde la aduana de Buenos Aires hasta la comarca. Así, todo el expediente de quiebra quedó a merced de los acreedores desde hace más de siete años.
La “historia sucia” de ‘El Emporio del Tanque’
Si bien es cierto que desde 2001 E.E.T. realizaba la disposición final de residuos químicos con sede en Plaza Huincul, no siempre estuvo emplazada en esta localidad, ya que funcionó como filial de una casa matriz del Gran Buenos Aires, la cual opera desde hace 39 años.
Establecida como empresa familiar en 1975, E.E.T., conocida como «El Emporio del Tanque» -tal sus siglas-, operó con base en Wilde, Buenos Aires, y anteriormente en Quilmes Oeste, donde dejó una estela de juicios y reclamos en torno a su actividad, que -como se dijo- no siempre fue la actual.
En efecto, la empresa comandada entonces por el Sr. José Del Gener, se dedicaba originalmente a la compra y venta de tanques usados y sus partes, con fines de limpieza, acondicionamiento y reparación o reventa como reciclaje o chatarra. Luego de algunos años, la firma se reorientó a la refacción, limpieza e inspección de tanques de todo tipo, especialmente los dedicados a la industria química y petroquímica.
Desde hace unos años, y gracias a una expansión de sus actividades, volvió a reorientar sus trabajos, esta vez a los quehaceres ambientales, los que primero experimentaría con la disposición de residuos de los mismos tanques y materiales con los que trataba, a la vez que transporte y disposición de residuos peligrosos. Pero la historia continuaría antes en la localidad de Quilmes Oeste.
Corrían los años ’90, y en torno a la factoría de E.E.T. de aquel entramado bonaerense se congregaron cientos de familias en los alrededores del obrador, creándose una especie de barriada pobre donde se asentaban los obreros ocasionales que conseguían trabajos a destajo en la empresa. Es allí donde, a partir de denuncias llevadas a la fiscalía local, se comenzaron a conocer los casos de contaminación ambiental y enfermedades a niños y adultos cercanos a los terrenos de la firma.
En ese entonces, el fiscal en materia ambiental que denunció en la justicia de Quilmes a los propietarios de la empresa «El Emporio del Tanque» por presunta contaminación del barrio (situado sobre camino Gral. Belgrano entre calles Rodolfo López y Rep. del Líbano, y el arroyo Las Piedras), confirmó que «el suelo se mostraba significativamente comprometido habiéndose hallado plomo, cromo, zinc y petróleo. Además, realizó un mapa de riesgo relativo a los problemas de salud de dichos habitantes» (sic).
Según los propios dichos de cronistas de «La Mirada de Quilmes del Oeste», un periódico web informativo que investigó las denuncias, «los casos son cuantiosos y graves, pues aún existen secuelas de lo que dejó atrás la empresa cuando se fue para radicarse en el sur», según refieren de parte de agentes comunales en reserva en diálogo con los referidos periodistas.
Según pudo confirmar el diario «5 Días» fueron encuestadas 371 personas que vivían en 77 casas del barrio «El Emporio del Tanque». En 25 de las moradas los ocupantes presentaban problemas respiratorios; en 16 tenían problemas dermatológicos; en 10 tenían afecciones oftalmológicas; en 3 padecían trastornos digestivos; en 8 otras afecciones; mientras que en las 15 restantes no se encontraron inconvenientes.’’
Por otro lado, la crónica refiere que los investigadores habrían detectado residuos acumulados en las casas ubicadas en los fondos de la empresa, donde también se encuentra la Escuela Primaria Nº 37 y la Secundaria Nº 47.
También, en 2011, el citado medio «La Mirada de Quilmes Oeste» pudo saber que cuando el fiscal Romero efectivizó la denuncia penal en la Justicia de Quilmes, destacó que «los tanques en sí son considerados residuos peligrosos hasta ser inertizados o tratados. Además, contaría con suficientes elementos como para establecer que los titulares de la empresa estarían manipulando clandestinamente residuos peligrosos, al tiempo que aclararía en su presentación que a partir de su requerimiento, la comuna de Quilmes le informó en marzo de 2010 que no constataron derrames de hidrocarburos y que sólo advirtieron un tanque que se encontraba enterrado, el cual no presentaba peligro alguno», según constaba entonces.
Por otra parte, dicho informe sostiene que el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) ‘‘habría reconocido que la firma «El Emporio del Tanque» no contaba con certificado de aptitud ambiental desde el año 2005 pero que desde esa fecha venían tramitándola.’’ Al referido funcionario nacional le habría alcanzado con el análisis de suelo que “arrojó plomo, cromo, zinc e hidrocarburos totales de petróleo por encima de valores permitidos para uso residencial”; para resolver que los dueños de la firma «El Emporio del Tanque S.A.» “deberían ser investigados en los tribunales penales de Quilmes por la comisión de un delito previsto en el artículo 55 de la Ley 24.051 (contaminación por utilización de residuos peligrosos)”, según publicó el citado sitio de noticias.
Desde que en 2001 se instaló en el Parque Industrial de Huincul (en realidad también de Cutral-Có), E.E.T. no había solicitado créditos, pero lo hizo diez años después a Provincia y al ENIM (fuentes indican que el primero de ellos por 19 millones), sin embargo en su momento se erigió con capitales propios y con una superficie en el Parque Industrial local mucho menor que la actual, la que casi llega a triplicar. Hace unos años, el propio exintendente Giannattasio trabajó allí como gerente antes de postularse en 2011, en medio de diversos rumores de aportes de campaña.
La falta de controles de las actividades de E.E.T. han sido conocidas por sus diversos trabajadores y ex obreros, así como también de otras empresas como Petrolera Argentina e YPF, cuando figuraba como Repsol.
Sus actividades consistían en el retiro, transporte y tratamiento de residuos industriales, químicos, peligrosos, especiales y otros; autorizados hasta febrero de 2015. Sin embargo, la preocupación de no pocos vecinos se asienta en la escasa información y controles del Estado municipal (cuya autorización es la N° 2.012) respecto del cumplimiento de los protocolos, especialmente el de tamizado de tierras y áridos y su disposición final remediada en la propia planta de tratamiento. Si bien los controles deben ser provinciales, la comuna había firmado un acuerdo para trasladar subsidiariamente la responsabilidad de éstos a una dirección de la propia municipalidad.
La mayor de las preocupaciones tiene que ver con evitar repetir los hechos ocurridos en Quilmes en 2009, al conocerse el desastre ambiental dejado por la empresa, situación que no estaría exenta de probabilidad en tierras huinculenses.