CARTA PAPAL

Los detalles de la conversación del Papa sobre las cárceles neuquinas

El Sumo Pontífice tuvo un ida y vuelta con el defensor penal Maitini, quién contó los detalles de las cartas en diálogo con Radio Mitre Patagonia.
miércoles, 15 de marzo de 2023 · 12:18

A través de cartas, el defensor penal público José María Maitini y el Papa Francisco tuvieron un ida y vuelta sobre las condiciones del sistema carcelario de la provincia del Neuquén. El letrado, que ganó el concurso en junio del 2022 para obtener el cargo, le contó su preocupación sobre la sobrepoblación de las cárceles neuquinas. Con su puño y letra, Bergoglio respondió con suma preocupación. 

"En su carta el Papa me dijo que cuando visite la ciudad lo primero que quiere conocer son las cárceles porque ellas son el reflejo de cómo el Estado trabaja en pos de las personas vulnerables”, señaló Maitini en diálogo con "Así estamos" de Radio Mitre Patagonia. Además, detalló que no se esperaba "una respuesta tan extensa, ni rápida" y que el motivo del envío fue "una cuestión personal a modo de catarsis" para contarle en qué consistía su trabajo como Defensor Público. 

En esa línea, en ella le narró la situación de hacinamiento en las unidades detención ("más que en las unidades penitenciarias"), demandando que "el Estado se comprometió a proteger la integridad de las personas durante ese proceso" y que hay una "serie de elementos básicos que se deben cumplir con una persona privada de su libertad".

José María Maitini trabaja en la circunscripción de la Ciudad de Neuquén en la órbita del defensor general en jefe, Raúl Caferra. Su relación con el Papa viene de sangre, ya que su abuela es prima segunda del jesuita argentino, con quien ahora tuvo un intercambio mediante cartas sobre el estado de las cáceles neuquinas. 

 

 

"Usé la palabra hacinados, y no es una exageración", dijo el Papa sobre la situación de las cárceles, no solo en Neuquén, sino en toda América Latina. "La dignidad se defiende día a día y las personas se sienten tratadas como cosa", añadió Bergoglio, que desde sus tiempos de cura visitaba a los reclusos en los penales de detención. 

En el último tiempo, la sobrepoblación en los centros de detención fue motivo de preocupación en la provincia. Esta semana, incluso, se conoció que un nutrido grupo de diputados provinciales pidió información al gobierno neuquino sobre supuestas situaciones de hacinamiento en las cárceles del distrito. 

 

Acá la carta completa: 

Querido hermano, Gracias por tu carta de ayer. El trabajo que tenés, es más que un trabajo, es un servicio; y servir es quizá la vocación más alta de una persona. Del “sirvo” para vivir al vivo para servir hay un abismo, el abismo que hay entre la servidumbre y la vocación de servicio. Te deseo lo mejor en tu trabajo… Pero ‘servir’ es más que un trabajo, es una vocación
Sos ‘defensor penal público’, y esto me hace pensar en tanta gente, culpable o inocente, que no puede pagar un defensor. Tu vocación se desarrolla entre los pobres. Y, entre estos pobres, pienso en tantos detenidos, en aquellos que no pueden pagar un abogado. Delincuentes o inocentes. Y esto me lleva a pensar en la superpoblación de las cárceles que ordinariamente se da en América Latina. Y, a veces, la superpoblación hace que tanta gente quede detenida en las comisarías o en puntos provisorios de vigilancia. Y, en algunos lugares, por lentitud de las personas o por otras razones, quedan allí, hacinados, por mucho tiempo. A esta gente te toca defender. Usé la palabra ‘hacinados’, y no es una exageración. En esta situación la dignidad se defiende día a día y las personas se sienten tratadas como ‘cosa’. Algunos, después del juicio, serán condenados, otros —en cambio— serán declarados inocentes. Y, a estos últimos, ¿Quién les ‘paga’ lo sufrido injustamente? En la práctica ya todos son condenados a prisión, se los trata como tales, dejando de lado ese principio básico de la garantía judicial: la presunción de inocencia. En algunos sitios se podría hablar de depredación de la justicia.
Cuando visito una ciudad quiero siempre encontrarme con los detenidos en las cárceles. Y, entre las que visité (que son muchas) puedo afirmar que las que funcionan mejor son las dirigidas por mujeres. Ellas tienen un “plus”. Saben manejar mejor los conflictos. ¡Tengo hasta anécdotas al respecto! Y te confieso otra cosa: cuando entro a una cárcel lo primero que me pregunto es: ‘¿por qué ellos y no yo?’. Esto me ‘sitúa´ en la verdad: si yo hubiera vivido en condiciones muy limitadas como algunos de ellos, seguramente estaría adentro. Si bien no es un ‘principio general’ es una realidad que me ayuda.
lo que escribí hasta aquí (acabo de releerlo) me salió de adentro. Es un poco desordenado pero me salió pensando en tu vocación y misión de ‘defensor penal público’. Podrás hacer mucho bien allí, entrando en ese ‘juego dialéctico’ de misericordia y justicia. Y te recuerdo el pasaje del Evangelio Según San Mateo 25:31-45. Allí está todo»
Te dejo. Me llegó la foto de tu abuela en sus 80 años. Me gustó ver allí a toda la tribu… y me hizo regresar en el tiempo a tu bisabuela Elisa, mi abuela Rosa, la empresa de Paraná… etc. Gracias. Rezo por vos, por favor hacelo por mí. Que Dios te bendiga y la Virgen Santa te cuide
 

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