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Miércoles 23 de Abril, Neuquén, Argentina
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El relato crudo de un neuquino en la guerra contra el Reino Unido

"En esa ignorancia de lo que podía ser una guerra, yo no tenía miedo. Había orgullo porque era la primera vez que íbamos a combate", recuerda Lucas Lefiñir, a 41 años de Malvinas.
Domingo, 02 de abril de 2023 a las 11:11

Lucas Desiderio Lefiñir es un vecino de Plottier que fue llamado a Puerto Belgrano en 1981 y se embarcó en el ARA Comodoro Py. Se trataba de un barco sobreviviente del ataque a Pearl Harbor, cuya misión era custodiar al portaaviones ARA Veinticinco de Mayo en el norte de las Islas Malvinas. En diálogo con Mejor Informado, recordó aquellos días previos al inicio de la guerra, el desenlace que tuvo el avance inglés y la opacada vuelta a Argentina (en manos del gobierno) tras la derrota. "Ser veterano de guerra es un orgullo y siempre tengo el anhelo de que algún día se van a recuperar las Malvinas", afirmó.

A pocos días del 2 de abril de 1982, la tripulación del ARA Comodoro PY recibió un llamado urgente la noche del 28 de marzo. El aviso era alarmante: una guerra se aproximaba. Pero ni Lucas, ni sus compañeros, que la mayoría rondaba entre los 21 y 24 años, estaban seguros de las exactitudes sobre el conflicto bélico: "Nos preguntábamos entre nosotros si la guerra era con Chile o si habían problemas con el gobierno en Buenos Aires. Pensábamos que si íbamos al sur era con Chile y si íbamos al Norte era por un problema nacional", recordó.

Ese mismo día, horas después, zarparon con rumbo sur desde la Base Naval Puerto Belgrano bajo una expectativa de guerra creciente. "Yo nunca tuve miedo, al contrario quería guerra, en esa ignorancia de lo que podía ser una guerra. Había orgullo porque era la primera vez que íbamos a combate". Fueron largos días de embarcación e incertidumbre, hasta que el comandante del barco les dio la eufórica noticia: las tropas argentinas habían recuperado las islas Malvinas. Lucas, rememoró sobre ese momento que "los más jóvenes no sentíamos decaimiento, pero si lo veíamos en los más grandes que pensaban en su esposa y en sus hijos y se sentía la tristeza de sus corazones. Se sintió un grito de furor, un 'viva la patria' y 'vamos a la guerra'". La misión del ARA Comodoro PY era custodiar el portaaviones "25 de mayo" en las coordenadas nortes de las islas. Ellos, puntualizó, sentían el peso de los ataques aeronáuticos ingleses a través de los comunicados radiales, pero afortunadamente no sufrieron el avance inglés, ni tampoco vivenciaron el combate directo como lo hicieron los soldados en tierra.

 Por muchos años, Lucas se avergonzó de ello, "de no poder haber podido ayudar a sus compañeros", pero a la distancia- indicó- los acompañaba desde el corazón: "Cuando vinieron los ingleses, los Jefes comandantes nos ordenaron replegarnos en la costa nuestra. Teníamos que patrullar la zona de Puerto Deseado y Puerto Madryn y la bronca nuestra era por qué nos habían mandado al continente cuando podíamos hacer una barrera en Malvinas. Nos sentíamos inútiles". Y agregó: "El día del hundimiento del Belgrano fue el más triste de todos. Cuando supimos que los torpedos habían pegado en la proa, en la popa y en el medio, sabíamos que probablemente era un quiebre en la guerra y que un compañero de la marina nuestro había muerto".

Desde allí, la batalla se inclinó irreversiblemente para el lado inglés. Tras la rendición argentina firmada por el gobernador militar de las Islas Malvinas, Mario Benjamín Menéndez, Lucas señaló que el retorno a la Argentina lo cubrió de vergüenza. El "no haber podido ayudar a sus compañeros" fue lo que más lamentó y también que el gobierno militar los haya obligado "a callarse la boca a través de la firma de una declaración jurada". "El reconocimiento de la gente nunca faltó- destacó a 41 años del conflicto- pero sí el sentimiento de vacío me acompañó por varios años".

"Por un tiempo decidí directamente no contar que estuve en las Malvinas, a mis hijos nunca les comenté cómo había sido porque sentía una vergüenza. Ir a recuperar algo tuyo y que te lo vuelvan a quitar es muy doloroso. La guerra es algo especial del ser humano, cuando dicen de ir a la guerra muchos se entusiasman, pero cuando suenan las balas todo es diferente.  Ser veterano de guerra es un orgullo y siempre tengo el anhelo de que algún día se van a recuperar las Malvinas", concluyó.

 

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