El fuerte temporal de lluvia que afectó seriamente al norte neuquino, también trae complicaciones en Vaca Muerta y se puede extender hasta el Alto Valle por eso el monitoreo es permanente para evitar un colapso del Complejo Cerros Colorados y si se agrava hasta se puede derivar agua al Lago Pellegrini.
La región ya sabe de situaciones de alerta similares que llevaron al gobierno de Neuquén a tener avanzado el proyecto de Chihuidos I, una obra necesaria que no se avanzó por falta de financiamiento.
La situación es de alerta confirman desde la AIC y ya hay antecedentes similares ocurridos también en el mes de julio, pero del año 2006, donde se debió utilizar el viejo cauce del río Neuquén, lo que derivó en que los pozos de Loma de la Lata queden bajo agua.
Un informe de la AIC publicado meses después del 12 y 13 de julio de 2006, del posible colapso de Portezuelo dejó en claro cuál es la situación real del río Neuquén, que hace décadas se encuentra en los valores mínimos de caudal para mantener un estado sanitario óptimo.
Fue la máxima crecida extraordinaria registrada después de la construcción del Complejo Cerros Colorados que tiene la particularidad de que Portezuelo sólo funciona como dique derivador. Precisamente el rápido manejo de las presas y los embalses permitió que esa madrugada se evite una catástrofe. Fueron más de 10 mil metros cúbicos por segundo. Fue tanta el agua que llegó a la zona de Añelo que se estuvo cerca de un colapso, que habría dejado a miles de personas en varias ciudades de la zona bajo el agua.
Durante esa madrugada cargada de tensión, se abrieron las compuertas del canal de derivación y el cauce histórico del Neuquén paso de 12 metros cúbicos por segundo a 14.000% más que el caudal. Las primeras consecuencias se vivieron en Loma de la Lata, en aquel entonces proveedor del 50% del gas del país.
También esa madrugada se decidió que saliera de servicio Planicie Banderita, la única central hidroeléctrica de Cerros Colorados para evitar el colapso del dique compensador de El Chañar.
La gran cantidad de agua también obligó a pensar en demoler el terraplen del Arroyón, a la altura del dique Ballester, que tiene un nulo poder de embalse. Esa barrera permite derivar gran parte del caudal del Neuquén hacia el Lago Pellegrini, creado de manera artificial para atenuar crecidas aguas abajo y que no se inunde el Alto Valle.
Allí se presentaba otra complicación, es que se debía cortar el tránsito en la ruta 151 a la altura de Barda del Medio y además es un derivador que no se usa hace varias décadas. Las máquinas del Departamento Provincial de Agua de Río Negro estuvieron muy cerca de comenzar con esos trabajos, pero finalmente no lo hicieron porque el agua que llegó por el cauce histórico tuvo un recorrido más lento del esperado.
Ante la nula afectación del Arroyón para derivar agua al Pellegrini, muchas familias se asentaron a lo largo de su recorrido y hasta lograron tener sus escrituras, por lo que en caso de tener que utilizarlo, la provincia debería responder por los daños causados en esas tierras que antes eran fiscales y reservadas para evitar inundaciones.
En aquel momento, a Portezuelo Grande, llegaron 10.300 metros cúbicos por segundo y la obra está diseñada para una capacidad máxima de derivación de 11.500. El riesgo de colapso fue real, a solo 1.200 metros cúbicos por segundo.
Los métodos para medir el caudal también fallaron, porque Paso de Indios, al oeste de Añelo dejó de medir al quedar bajo el agua y otra estación que informa satelitalmente pero con un margen de error de 14 centímetros, también dejó de transmitir por quedar inundada.
En caso del colapso de Cerros Colorados, los cálculos indican que además de afectar el corazón de Vaca Muerta, también iban a sufrir la crecida las ciudades de El Chañar, Vista Alegre, Cinco Saltos, Cipolletti, Allen y hasta Roca.