En el último tramo de las campañas electorales de las ciudades del centro neuquino, el ENIM (el ente autárquico intermunicipal que administra los millonarios fondos del yacimiento “El Mangrullo”) ha irrumpido como una bomba en los discursos y contradiscursos de todos los candidatos: los tres de Cutral-Có y los cinco de Plaza Huincul; pero no es una bomba controlada: amenaza con expandir sus esquirlas hacia todas direcciones, causando estragos a propios y ajenos.
Este ente especial fue creado por Ley Provincial 2206 en 1997, a instancias de una “reparación histórica” engendrada en las dos puebladas, cuando la privatización de YPF llevó a ambas intendencias a una tasa de desocupación sin precedentes. Una curiosidad: el yacimiento se encuentra fuera del departamento Confluencia en donde se encuentran emplazadas las ciudades beneficiadas, lo que siempre provocó suspicacias y luego protestas de los habitantes de Zapala, ya que en su propia geografía se almacenan las casi inacabables reservas de gas shale e hidrocarburos convencionales que inyectan mensualmente cientos de millones a los dos pueblos de la meseta.
Sin embargo, no todas son sedas y rosas en las entrañas del insondable y misterioso ente, pues las reglas provenientes de la ley madre de su creación han mutado decenas de veces para el beneplácito circunstancial de los gobernantes de turno. Así, su autarquía ya es sólo nominal, en tanto que sus directores se han convertido en meros funcionarios sin poder real y a manos de los intereses políticos de turno.
La complicidad de los Concejos
La mayoría de los ediles de cada ciudad también aparecen como estáticas cortes a expensas de un régimen de verticalísmos e intereses que desde hace años ha terminado de convertirles en verdaderos cómplices -activos o pasivos- de un sistema que ha malgastado varias decenas de millones de dólares en faraónicos proyectos industriales que a la postre han sido estrepitosos fracasos financieros.
Aun así, no todos los fracasos nacieron como quimeras pretendidamente “productivas”. De hecho, uno de los primeros traspiés provino de una idea que tenía como objetivo tratar de recomponer una de las peores decisiones del directorio, allá por el 2001: la pesificación de los depósitos en dólares a través del BPN, su agente financiero por obligación en aquel entonces.
La bombilla del plan fue la de jugar con los fondos en entidades bursátiles con brokers que “rindieran” un capital semestral o anual, y así tratar de recuperarse de la pérdida de unos más de 18 millones de dólares en un pase a pesos que nunca fue obligatorio para el ENIM, pues el decreto de pesificación de los depósitos de De La Rúa exceptuaba a las entidades con régimen autárquico. Pero ninguno de los miembros del directorio (todos profesionales) pudieron “darse cuenta” y advertir dicho párrafo de la normativa oficial, pesificando compulsivamente por decisión propia todo el capital. Nadie pagó las consecuencias de semejantes actos administrativos acaecidos como una broma de mal gusto un 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes.
Un “ente culpable”
Así, poco a poco el ENIM fue convirtiéndose en un ente “culpable” de estos hechos que desde el 2002 lo hicieron caer inexorablemente en la codicia y tentación de usar los fondos para proyectos por fuera de los objetos de la ley primigenia que mandaba usufructuarlos en un plan de reconversión productiva, algo que nunca se concretaría.
Las ordenanzas dieron lugar a través de los años, a la interpretación malsana y expandida de lo que se considera “productivo”, haciendo de este concepto un adrede falseamiento de la realidad y nobles objetivos del ENIM, cuales eran la búsqueda de nuevas matrices productivas. Los préstamos a fundidos y foráneos “empresarios” llegados en teoría para emprender fueron el pan de cada día de los sucesivos directorios. Poco a poco todos quienes asumirían en los cargos del ENIM iban rotando de síndicos a directores y viceversa, a la vez que sus voces se hicieron desconocidas en los medios de comunicación. De hecho, hoy el ente no brinda desde hace más de una década ninguna conferencia de prensa, ni reportaje ni información pública. Un ente que parece emular a las mismísimas instalaciones de Lubianka.
El pasado de algunas caras y nombres
El pasado 11 de enero rotaron los cargos del directorio actual: Rubén Darío Espinace, representante por Plaza Huincul, cedió la presidencia al cutralquense contador riosequista Osvaldo Giménez como director ejecutivo. Otro representante de la misma ciudad es el abogado Cristian Alejandro Perotti, quien mutó en secretario, mientras que el también letrado Carlos Alberto Miguel funge como el cuarto miembro. Este último, al igual que el mencionado Espinace, representa a Plaza Huincul. Los síndicos son la abogada Cecilia Vanesa López y el Dr. Daniel Alejandro Pellat Daguerre por Cutral-Có y Huincul, respectivamente.
El caso de Espinace parece responder a un caso de “corpus politicum”, una forma de ejecución de voluntad institucional en consentimiento de facto con vínculos de ayuda mutua afines con objetivos financieros y políticos a través del poder de turno, trastocando su función original en una especie de “negociador” inserto en el ENIM como xenomorfo en los intereses de los objetos de la ley original.
Este comerciante tiene varios antecedentes en la vida institucional de ambas comunidades: convencional de la Carta Orgánica de Cutral-Có; co-fundador de la UTN local; presidente de la Cámara de Comercio local, etc. Pero en donde realmente destaca es en su frustrado pasado político, pues varias veces pretendió intervenir de alguna manera en las decisiones institucionales sin conseguirlo.
Otro de sus antecedentes es de factura reciente: tiene una demanda por persecución y maltrato laboral hacia empleadas del ente, situación que obligó a los demás directores a contratar a una profesional en RR.HH. para intervenir en las interrelaciones entre él y éstas. La curiosidad es que un candidato a concejal de Rubén “Ojito” García, el ex ministro de Jorge Sapag Omar César Pérez, es el abogado de una de las demandantes contra Espinace en este caso, lo que podría impedirle tocar como futuro edil su rol en el ente. Pero no es el único director denunciado, pues Cristian Perotti también fue acusado por una ex administrativa que llevó el caso a la Justicia.
Vestigios de una autarquía que no fue
Es en este devenir de hechos en que la situación institucional del ENIM se encuentra prácticamente interferida por las decisiones políticas de ambos sillones comunales. De hecho -y en el colmo de la legislación local- se ha aprobado una ordenanza “espejo” en el que se establece que el directorio “no puede ir en contra de las decisiones políticas de los intendentes”, despejándole así todo vestigio de independencia y por ende de autarquía.
Pero volviendo a los hechos de las inversiones de capital en agentes bursátiles, el ENIM hubo de apostar fuerte con más de 44 millones de pesos de 2002 (unos teóricos 9,7 millones de u$s de entonces) a tres financieras, la receptora mayor de esas cifras fue M&S Management, la que después de años jamás volvió a comunicarse con el directorio.
Dicha firma habría obtenido cuantiosos dividendos que se calculan en más de 13 mil millones al cambio de hoy, teniendo en cuenta los más de 20 años desde la cooptación de dichos fondos, algo prácticamente insondable a la variable cambiaria real e incobrable a todas luces en la realidad jurídico-financiera actual.
Objeto de campaña: la incertidumbre de dos pueblos
Es en estos términos que en la batalla electoral de Cutral-Có y Plaza Huincul, el ENIM se transforma en un ariete propagandístico de campaña que es utilizado por los candidatos de Comunidad -Rubén García y Claudio Larraza- aupados por su mentor Rolando Figueroa, en un reclamo a viva voz con dirección al basamento de la gestión de Ramón Rioseco y su hermano José. Pero nada podría ser como se planifica.
En efecto, Ramón Rioseco, atendiendo más a su astucia política que a sus argumentos, respondió con un dardo envenenado directo al speech de “Rolo” y los suyos: el “secuestro” del ENIM para beneficio de una futura gestión provincial del gobernador electo.
Esto cayó como la bomba de un “Stuka” en picada al centro de las elucubraciones y miedos de dos electorados que hoy se debaten entre las mieles del cambio con Figueroa y la continuidad de una realidad que les aseguraría los tesoros y bienes del ENIM “en casa”, que aunque bajo siete llaves, preservado para el uso del discurso localista.
Dicho de otra forma, es el salto al cambio o la seguridad de lo conocido. Un 13% promedio de votos indecisos y en blanco ciñen la discusión bajo líneas especulativas de hacia dónde se direccionarán bajo la conveniencia de creencias y dudas a la hora de digitar el voto este domingo 23. Ya no queda casi nada, y es plausible que el ENIM, como instrumento de campaña y vector comunicacional pueda volverse como un boomerang contra quienes pretenden beneficiarse de él.
Esta verdadera Caja de Pandora en la que transmutó el tema ENIM podría ser la causante de verdades que a la postre podrían infringir serias heridas políticas a varios candidatos de colectoras que supieron integrar el bando contrario alguna vez. Una centella relampagueante que podría explotar hacia cualquier dirección cual bomba de racimos; incluso hacia los propios votos de cualquiera de los contendores en pugna en las mellizas y más “rebeldes” localidades del interior neuquino.
Todo se dilucidará el domingo 23, es cierto, pero asaltan las dudas sobre las promesas de auditorías e investigaciones del ENIM. El pasado pesa fuerte sobre las fallidas experiencias de la clase política.-