Todos tenemos convicciones firmes en determinados momentos de la vida. O eso creemos, hasta que esa misma vida nos pone a prueba y nos tuerce el brazo.
Por estos días fuimos testigos de reclamos de los estudiantes de la escuela de auxiliares de la enfermería, porque un adolescente que asesinó a un adulto, y goza de "libertad asistida" pretende concurrir presencialmente a capacitarse en ese establecimiento. Los alumnos tienen miedo porque desconocen las actitudes y reacciones que puede tener un chico con antecedentes gravísimos. No sólo mató a sangre fría. También amenazó con arma de fuego a docentes de otro colegio donde asistía, robó, consumió, violó todas las normas.
La ley provincial de protección integral de niños y adolescentes ,2302, le fija los alcances a la justicia a la hora de dictar una sentencia. Más condena que la recibida no le pueden otorgar mientras sea menor de edad, y por el contrario le otorga algunos "beneficios" controlados. A la sociedad no le gusta, pero es lo que hay por ahora.
Esos mismos estudiantes - u otros- si fueran consultados fuera de este contexto particular, probablemente defenderían con uñas y dientes, la inclusión, la igualdad de oportunidades, la no discriminación, la reinserción, y casi seguro rechazarían bajar la edad de imputabilidad , por ejemplo.
Pero, cuando el miedo o el peligro acechan, las convicciones cambian. Es un mecanismo de defensa. Todo se sostiene hasta que les toca.
Los docentes enrolados en ATEN, mantuvieron a los chicos sin clases muchos días este año. Con y sin argumentos válidos protestaron, cortaron calles, rutas, se patotearon entre los que querían trabajar y quienes no los dejaban, las dirigencias se denostaron, renunciaron comisiones elegidas por el voto porque eran víctimas de violencia de sus propios compañeros, se enfrentaron con las fuerzas de seguridad que cumplían una orden. Mostraron intolerancia , violencia e irresponsabilidad ante el derecho supremo del niño a recibir educación.
Ayer se inició un juicio por jurado popular contra un maestro de música acusado en 20 casos de abuso a nenes de 4 y 5 años. Desde el gremio pidieron "un juicio justo y sin hechos de violencia en su contra". Obviamente todos queremos que sea así, porque así debe ser.
Pero ante este pedido no podemos dejar de pensar que parece que la violencia ejercida entre ellos o hacia otros no cuenta, pero que a nadie " de afuera" se le ocurra cometer un acto fuera de lo normal contra uno del palo. Aunque sea un padre dolido e indignado ante una acción imperdonable cometida por un docente.
Una vez mas: hasta que les toca...
La semana pasada vimos concentración y corte de calle de los empleados judiciales. Reclaman derechos firmados, pactados y supuestamente incumplidos en el convenio colectivo. No discutiremos ese tema. Los mismos que son parte de un Poder que brinda el servicio de justicia al ciudadano, fueron absolutamente injustos con quienes se ganan el dinero con mucho más sacrificio , porque impidieron a unos 30 comerciantes ejercer su derecho a trabajar libremente, cortándoles la calle, ocupándoles las veredas, y dándose el gusto de hacer humo y cocinar choripanes frente a una boutique, cuyo dueño les pidió que liberen el sector para que los clientes puedan circular, observar, entrar, comprar, además de arruinar la mercadería del comercio.
Se codean con la ley todos los días, hasta que les toca, y entonces la violan con impunidad, sin medir a quien perjudica.
Tiempo atrás se instaló un debate mucho más profundo y trascendente: pañuelos verdes, pañuelos celestes. Aborto sí, aborto no.
Escuchábamos discusiones acaloradas, argumentadas, científicas, religiosas, tan firmes de ambos lados que no se aceptaban razones. Hubo para todos los gustos. Pero también vimos la encrucijada que a muchas mujeres les presentó la vida, cuando la gestación de un hijo no planificado las sorprendió. Y en ese punto, en muchas la convicción se quebró.
Hasta que les toca...
Seguramente encontraríamos más ejemplos de este pensamiento dicotómico que lleva el ser humano en su naturaleza. No siempre la vara conque se mide una situación similar tiene el mismo peso.
Hasta que les toca...
¿Será temor, o será hipocresía moral de aquellos que dicen lo que se debe hacer, siempre y cuando no les toque hacerlo ?