HISTORIAS DEL NORTE NEUQUINO

La historia de la construcción de la primera Catedral del Neuquén

La primera capilla católica en Neuquén fue inaugurada el 8 de diciembre de 1888 en Chos Malal, por entonces Capital del Territorio.
martes, 10 de diciembre de 2024 · 06:15

Un 8 de diciembre de 1888 se inauguraba la primera Catedral del Neuquén, en Chos Malal, por ese entonces Capital del Territorio.
Esta humilde obra, tan sencilla y regional en todos sus simples elementos constructivos, como la soñaba el inquieto y ejecutivo gobernador Manuel José Olascoaga, y la hizo posible el misionero Domingo Milanesio.

Fue el ícono religioso y social de una gloriosa época de Chos Malal y el norte neuquino. Marcó muchas generaciones de creyentes o no creyentes, aferrados a este símbolo para no ser olvidados y excluidos de un Neuquén lejano.
La sagrada ceremonia de la bendición tuvo lugar el día 8 de diciembre del año 1888. Aquel día, consagrado a la Inmaculada Concepción de María, se bendecía la iglesia que costó un año de duros sacrificios, dedicándola a la Beata Virgen del Carmen.

El  coronel Olascoaga, Gobernador del Territorio del Neuquén, queriendo dar mayor solemnidad a la fiesta, actuó él mismo de padrino de la ceremonia y una de sus hijas hizo de madrina. La sagrada ceremonia fue acompañada y asistida por un discreto número de  cristianos llegados a caballo de 10, 15 y aún 20 leguas de distancia, de lugares montañosos para honrar a María y ser parte de una hermosa función religiosa, extraordinaria en estos lugares.

Fue construida por un grupo de salesianos con adobes crudos, y fue el primer templo de barro de la provincia. 

¿Cómo se consiguió la madera para el techo?

Don Milanesio, recibió el encargo de construir una residencia y una misión en Chos Malal, donde se había asentado la Autoridad Civil desde fines del 1887. La caridad de los buenos fieles y colaboradores no faltaba, como tampoco la protección y el apoyo del Excelentísimo Gobernador argentino Coronel Manuel Olascoaga. Se comenzó la fabricación de los ladrillos crudos {adobes} ,pero había una dificultad ¿Cómo conseguir la madera necesaria para el armado del techo? Es cierto que en las orillas del río Neuquén había un bosque de sauces, pero tratándose de troncos frágiles, malformados y sobre todo, cortos, hubiera sido inútil echar mano a semejantes elementos. Por otro lado, de Chile no se podrían traer por la estrechura y riesgos de los caminos y del resto de la Argentina estábamos totalmente aislados. No se desanimó por todos esto Don Milanesio. En un viaje apostólico, entre las profundas quebradas de altísimas montañas, a una distancia de 150 kilómetros de Chos Malal, había visto un bosque de abetos y robles. –“De allí –dijo un día- traeremos la madera para nuestra iglesia”.  


"Nadie tuvo el coraje de apoyar su idea, juzgándola un imposible. Sin embargo, él se dedicó a aquella obra titánica con un grupo de personas corajudas que bajo sus instrucciones comenzaron a trazar el camino. La curiosa expedición, partió armada de palas, picos, barretas y hachas, y se dio inicio a la gran empresa. Solamente el cielo fue testigo de las fatigas, las amarguras y las dificultades casi insuperables que debieron afrontar. Con un carro tirado por bueyes y cargado con hermosos travesaños hicieron llegar la madera hasta Chos Malal.

El guía era Don Milanesio: el rústico carro se había fabricado en el bosque de las Lagunas de Epulauquen, los maderos se habían tallado en el bosque de las Lagunas y ahora llegaban a Chos Malal, después de un viaje de 150 kilómetros. El hecho motivó el estupor general. Enseguida, con aquellas provisiones se comenzaron a levantar las paredes de la Iglesia y de la casa contigua.
(De las Memorias de la Parroquia de Chos Malal en Neuteca. Agradecimiento especial por el aporte de datos históricos al historiador, docente y escritor Isidro Belver)

Mantenete informado todo el día. Escuchá AM550 La Primera aquí

Seguinos por la tele, en CN247 aquí

Comentarios