HISTORIAS NEUQUINAS
Conociendo el Museo Olascoaga: un viaje a los orígenes de Neuquén
En Chos Malal, el Museo Manuel José Olascoaga guarda las huellas del pasado, revelando la historia de los primeros asentamientos en la Norpatagonia.El Museo Provincial Manuel José Olascoaga, ubicado en Chos Malal, invita a los visitantes a un recorrido por los orígenes de la provincia de Neuquén y la Patagonia. En este emblemático lugar, que alguna vez fue la capital del Territorio Nacional del Neuquén, la historia cobra vida a través de las voces de sus protagonistas y las piezas arqueológicas que allí se exhiben. Cintia Gatica, profesora y licenciada en Historia del Arte, guía a quienes llegan al museo y habló con nuestra corresponsal Celina Barchiesi, acerca de los eventos que marcaron la región.
“Acá nace nuestra historia”, expresó Cintia, mientras explicó cómo el militar Manuel Olascoaga intentó establecer la capital en diferentes puntos de la región, hasta que finalmente, en 1887, fundó Chos Malal. En ese entonces, la ciudad no era más que un caserío de adobe, pero fue suficiente para que Olascoaga decidiera convertirla en la capital. El museo, que fue inaugurado en 1966, funciona en el antiguo fuerte de la Cuarta División del Ejército, en lo que hoy conocemos como "El Cerrito del Torreón".
La sala de arqueología del museo es una de las más visitadas. En ella se exhiben vestigios de los primeros habitantes de la región: cazadores recolectores que habitaron el territorio hace miles de años. “Aquí contamos la historia no solo a los estudiantes, sino también a los turistas y visitantes”, explicó Cintia.
El museo también guarda interesantes referencias sobre el origen de la palabra "Patagonia". Investigaciones recientes, como las de Raúl Mansilla, sugieren que esta denominación no solo tiene raíces en la lengua mapuche, sino que también aparece en antiguos mapas de Medio Oriente de hace más de 400 años. Según estas investigaciones, el nombre podría tener relación con una herramienta o pieza que habitaba en la región.
El recorrido por el Museo Olascoaga se convierte en una experiencia sensorial. La tenue luz, el crujir del suelo de madera y las paredes de adobe transportan a los visitantes al pasado, evocando el asentamiento de la Cuarta División en el Cerrito, donde Olascoaga encontró un pequeño fuerte sin torreón. Hoy, este lugar resguarda la memoria de la primera capital del territorio, y es un sitio emblemático en la historia de la provincia.