UN CAMBIO, NO UNA SORPRESA

La realidad de cómo sería la quita del subsidio a colectivos

De sostenerse y aplicarse la decisión del ministerio de Economía, el subsidio no desaparecerá, sino que se acotará.
jueves, 8 de febrero de 2024 · 16:50

Más allá de la hojarasca política que siempre esconde las decisiones bravas, el gobierno de Javier Milei no hará, con el transporte público, ninguna otra cosa de lo que prometió hacer en campaña, y, después, reafirmó en los compromisos firmados con el FMI: reducir o incluso eliminar muchos de los tantos subsidios a distintas actividades económicas en Argentina, con el objetivo de achicar el gasto público, basado en el simple argumento de que el país está fundido (o, como dice el Presidente, sin plata).

En el caso del transporte público, mayormente los colectivos, ya que trenes solo funcionan en el conurbano y Buenos Aires, y subtes solo hay en Buenos Aires, de lo que se trata es de redireccionar (y achicar) los actuales subsidios, no eliminarlos del todo. 

Hasta ahora, el sistema funciona con el Estado subsidiando la tarifa. Pero esa plata no va directamente a los usuarios, sino a las empresas, en una a veces intrincada ruta del dinero público, que sale de Nación, pasa a provincias, y a municipios; pero que también sale de los tesoros provinciales, y, en algunos casos (como Neuquén) de las arcas municipales. 

La intención, más o menos concretada por estas horas, del gobierno de Milei es subsidiar solamente a quienes usan el transporte público, y lo necesitan porque no pueden pagar la tarifa plena. Esto, aseguran, se hará a través de la tarjeta SUBE, y beneficiará a usuarios mediante la distinción de "tarifa social". Como tienen, ya, los jubilados, que pagan el 50 por ciento del precio. Ese descuento a la tarifa llegaría, dice el gobierno, hasta un máximo de 55 por ciento del precio.

Esto implicaría una gran novedad en Argentina, que es simplemente hacer lo que se hacía antes de que aparecieran los subsidios como técnica aparentemente irreemplazable: Las empresas vivirían de lo que recaudan, es decir, de la tarifa. Ese sería su único ingreso. 

Los usuarios, mientras tanto, deberán pagar la tarifa real, esa que le permite a la empresa vivir. La mayoría, de su propio bolsillo. Los que tengan el beneficio de la "tarifa social" pagarán con descuento. La diferencia entre el descuento y la tarifa plena no significará nada para la empresa, pues el Estado compensará mediante el sistema SUBE de manera automática. Es decir, a la empresa se le acreditará en el momento el precio total del costo del viaje que se ha pagado.

 

 

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